Los mercados libres son resultado del equilibrio entre la oferta y la demanda de los productos y los servicios, lo cual resulta en cierto precio y cantidad intercambiada que se modifica continuamente de acuerdo a los deseos de los distintos participantes. Es a cierto precio que tanto los que solicitan los productos como aquellos que los ofrecen están satisfechos con el intercambio realizado. Disposiciones legales o artificiales en los mercados pueden afectar a ambas partes del mercado, lo que puede dar resultados en ocasiones inesperados.
Por ejemplo, en este momento se tiene el incremento en el precio del limón y otras frutas, por un efecto de estacionalidad, esto es, disminuye la oferta porque se produce menos, ya que terminó la 'temporada'.
Poner un control al precio del limón para que éste baje lo único que haría es agravar el problema y crear un 'mercado negro', en donde el precio sea incluso más elevado. Esto es debido a que bajar el precio de manera artificial no hará que aparezcan más limones en el mercado.
En el caso del petróleo sucede lo mismo, ya que algunos piensan que como ha bajado su producción en Estados Unidos y en México debería de subir su precio, pero no toman en cuenta que la demanda también está disminuyendo por la menor actividad económica a nivel global, lo que sigue presionando el precio a la baja.
En el caso de los mercados de ciertos bienes y productos predominan una gran cantidad de prejuicios e ideas preconcebidas que impiden lograr un análisis claro del resultado de ciertas decisiones, como son el caso del empleo o de las drogas. Todos quisiéramos tener sueldos y salarios más elevados, pero elevarlos por disposiciones legales, sin tomar en cuenta el comportamiento de la oferta y la demanda, puede resultar en efectos contrarios a los deseados. Como ejemplo están los fuertes incrementos de los salarios mínimos en la década de los setentas y los ochenta que culminaron en graves crisis económicas, que propiciaron una drástica caída en el empleo y en los salarios reales, contrario de lo que se pretendía.
El caso del mercado de las drogas es otro en donde cada quien tiene su solución, pero es frecuente que no se tomen en cuenta ambas partes y sólo se vea un aspecto, como si se pudieran separar. Por ejemplo, las nuevas disposiciones de permitir una dosis más elevada para consumo personal de marihuana autorizan que los consumidores posean una cantidad mayor del producto sin considerarse como delito. Esto propiciará una demanda adicional en el mercado, pero no indica cómo y en donde se puede obtener.
Esta demanda adicional hará que su precio se eleve, no que disminuya, lo cual puede agravar la violencia que resulta de la lucha de los narcotraficantes por los mercados, al elevarse aún más sus utilidades.
Además, puede iniciarse un 'mercado negro' de recetas médicas autorizando el consumo de la droga que no existe en la actualidad y otros efectos adicionales por el lado de la oferta. Estos temas se tendrán que enfrentar en los siguientes meses y años
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