La riqueza es una noción abstracta, que para qué cobre sentido necesita
ser particularizada, es decir debe convertirse en relativa. Por ejemplo: Si A
tiene dos trajes y B tiene uno, se dirá que A es "más
"rico"" que B. Pero si C tiene un gabán, para saber si C es
"más o menos rico" que A y que B, necesitaríamos conocer qué valor le
dan A, B y C a los trajes y los gabanes, cosa que ningún tercero ajeno a ellos
es capaz de determinar a priori, habida cuenta que el valor es subjetivo
y no objetivo. La cuestión se complica aún más –y resulta cada vez menos
definida- si pasamos del rubro del vestido al de la alimentación, vivienda,
recreación, trabajo, etc. En suma, hablar de la "riqueza" y de la
"pobreza" en abstracto y como significaciones absolutas es una pérdida
de tiempo y siempre lleva a juicios y conclusiones erróneas.