La
libertad no es el resultado del destino histórico, la intervención
divina o un accidente feliz; es un logro intelectual que depende de un
concepto esencial: los derechos del individuo.
Derechos son principios morales
que definen la libertad de acción del hombre en la sociedad. Ayn Rand
mostró que los derechos individuales no son regalos de una divinidad ni
permisos concedidos por el gobierno, sino que son necesarios por la
naturaleza del hombre como ser racional. Como ella escribió en La Rebelión de Atlas, “Si el hombre ha de vivir en la tierra, tiene derecho a usar su mente, derecho a actuar basado en su propio y libre juicio, derecho
a trabajar para conseguir sus valores y mantener el producto de su
trabajo. Si la vida en la tierra es su objetivo, él tiene el derecho a vivir como un ser racional: la naturaleza le prohíbe lo irracional”.
El derecho a la vida es el único derecho
fundamental. Es el derecho moral a efectuar cualquier tipo de acción
objetivamente necesaria para mantener una vida humana. Todos los demás
derechos – incluidos los derechos de propiedad, sin el cual ningún otro
derecho puede existir – son consecuencias de este derecho primordial.
Una sociedad es libre cuando garantiza
los derechos morales del hombre a la vida, la libertad, la propiedad y
la búsqueda de la felicidad.