Igualdad de oportunidades, otro mito que debemos desenmascarar
Por Maria Marty
Puede verse también de la autora La perversa moral de hacer caridad con lo ajeno y La “igualdad” es la farsa con el mejor marketing del planeta.
Confieso haber sido una de las
tantísimas personas que nunca cuestionó la naturaleza del término
“Igualdad de Oportunidades”. Hasta el día que, por casualidad, comenté:
“estoy de acuerdo con la igualdad de oportunidades”, y un socialista de
pura cepa dijo: “¡coincido!”
Oh oh. Si alguien, cuyos ideales son
opuestos a los míos, me da la razón, así nada más, más vale confirmar si
estamos hablando de lo mismo. Como era de esperarse, resultó que no.
En mi columna anterior me
referí a la igualdad de resultados, la idea por la cual todos tienen
derecho a recibir un pedazo igual de la torta, no importa quién la haya
cocinado. Nunca dudé de la perversidad de esta noción.