Juan Ramón Rallo indica que ni los partidos
tradicionales ni los nuevos se atreven a "tomar el toro por los cuernos"
dándole autonomía negociadora a trabajadores y empresarios.
Por un lado, la dualidad sigue suponiendo un grave problema: la hiperprotección del trabajador indefinido frente al temporal provoca que las empresas traten de garantizarse la imprescindible flexibilidad que necesitan sobre una parte de sus plantillas por la vía de ultraprecarizar las contrataciones.