Tres consecuencias de la crisis brasileña
Por Carlos Alberto Montaner
Dilma Rousseff afirma que le dieron un
golpe de Estado. No es verdad. Le aplicaron la Constitución con saña
política, pero dentro de los márgenes de la ley. Los poderes legislativo
y judicial la desalojaron de la casa de gobierno mientras se lleva a
cabo un proceso de impeachment. En 1992, con la entusiasta
ayuda del Partido de los Trabajadores (el de la señora Rousseff), fue
expulsado el presidente Fernando Collor de Melo por el mismo
procedimiento. El que a impeachment mata a impeachment muere.