Las metáforas (por usar una vieja
metáfora) son armas de doble filo: a veces aclaran, a veces confunden. Y
hay una metáfora que es responsable por una enorme confusión, una
metáfora que aparece repetidamente en cualquier debate sobre la
desigualdad de ingresos: que la riqueza es como un pastel.
“No importa cómo lo cortes, cuando
hablamos de ingresos y de riqueza, los ricos se quedan con la mayor
parte del pastel, y el resto con las sobras”, escribe un crítico
de la desigualdad de ingresos. “Las personas que hoy están en el 1% más
alto ganan una parte mayor del pastel de ingresos que las personas que
estaban en el 1% hace 25 años”, señala el economista Russ Roberts.