EE.UU.: la ilusión aislacionista
Por Álvaro Vargas Llosa
El progreso perturbador de
Donald Trump -ya está empatado con Hillary Clinton y en algún sondeo,
ligeramente por delante- ha reavivado la eterna polémica entre el
aislacionismo y el intervencionismo en la política exterior
estadounidense.
En realidad, se llama aislacionismo y
“no intervencionismo” (dos cosas distintas, pero en determinadas
circunstancias la diferencia se hace pequeña) a ciertas tendencias más
que a ciertas políticas. Porque, si somos estrictos, nunca hubo un
aislacionismo total; incluso el no intervencionismo tuvo muchas
excepciones. Por ejemplo, se habla de un siglo XIX no intervencionista,
lo que a grandes rasgos es cierto, sobre todo si se piensa en la
política estadounidense hacia Europa y Asia, pero en esa misma centuria
Washington se anexó un trozo enorme del territorio mexicano.