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miércoles, 1 de junio de 2016

Receta equivocada

Víctor Pavón considera que la Fundación Desarrollo en Democracia le hace un flaco favor a su misión promoviendo un mayor intervencionismo en la economía paraguaya.

Víctor Pavón es Decano de Currículum UniNorte (Paraguay) y autor de los libros Gobierno, justicia y libre mercado y Cartas sobre el liberalismo.
La Fundación Desarrollo en Democracia (Dende) —reconocida institución que aglutina a importantes miembros del sector privado— recientemente presentó sus perspectivas sobre la economía internacional en relación a nuestro país. Los analistas sostuvieron, acertadamente, acerca de la contracción económica y del populismo creciente. Sin embargo, a renglón siguiente emitieron una receta que, aun siendo antigua, sigue siendo una muy mala propuesta. El Dende plantea que ante la coyuntura volátil de la economía mundial, aquí en Paraguay deberíamos disponernos a poner en práctica una mayor presencia estatal.



De este modo, cuando se esperaría de esta importante Fundación una clara manifestación en favor de la iniciativa empresarial con menos burocracia y mejor calidad institucional, se decidieron por lo mismo de siempre, seguir con el jugador equivocado. Los miembros del Dende no parecen percatarse que su propuesta no es más que la vetusta e ineficiente idea de una escuela económica que ha fracasado en todas partes.
De llevarse a cabo el fracaso será rotundo y lo será todavía más tomando en cuenta que la economía nacional tiene dependencia de factores climáticos, la mediterraneidad y, en especial, por la debilidad de sus instituciones que premia a los que no cumplen con la ley y castiga a quienes se ciñen a la misma.
El intervencionismo que promociona el Dende se fundamenta en el pensamiento mainstream, el dominante y ortodoxo en boga en la economía en la actualidad, cuyo origen se encuentra en las notables ideas de J.M. Keynes que sirvió en bandeja de plata diversos argumentos técnicos para que los polìticos y burócratas se conviertan en los verdugos del libre mercado. Sostienen los seguidores de esta corriente de pensamiento que una mayor presencia estatal en la economía tiene como propósito impedir que la economía caiga en recesión o trata de expandirla mediante medidas que van desde lo fiscal, monetario y cambiario. ¿A cuál de estas formas de intervención se refiere el Dende?
Y como no lo dice esta fundación, supongamos el siguiente escenario. Si hay más presencia en la política fiscal, entonces quiere decir que se afectará el presupuesto, el gasto público y los impuestos. ¿Desea el Dende un gasto público superior al que ya contamos? ¿Considera viable subir los impuestos o crear más tributos? Y si el Dende se refiere a la política monetaria, pues entonces lo que está diciendo es que el Estado deberá inmiscuirse todavía más sobre la cantidad de dinero y los tipos de interés.
Por otro lado, el Dende alerta sobre el populismo político. Y lo hace bien. Pero, una mayor presencia estatal en la economía promueve conductas políticas que buscan el facilismo y displicencia en el uso de los escasos recursos, como sucede en los países en los que predomina la jerarquía de la autoridad en lugar de las reglas de juego del mercado. El Estado metido en la economía acarrea en el corto plazo un interesante efecto placebo. Sin embargo, el remedio propuesto carece de valor terapéutico que permite un alivio temporal que pronto se convierte en una verdadera pesadilla. Es como la burbuja que desaparece ante nuestros ojos porque sencillamente es eso, una burbuja inconsistente, débil, sin capacidad de auto sustentarse en el tiempo.
El Dende debería tomar nota de lo que ocurre aquí cerca, a nuestros vecinos, Argentina y Brasil. En tal sentido, la lección es contundente. Cuantos más recursos se extraen del sector privado para que sean “administrados” por los políticos y burócratas, el resultado de esa mayor disponibilidad de dinero origina populismo y demagogia que exalta la corrupción para que de ese modo los gobernantes ineptos e irresponsables sigan engañando y empobreciendo a sus pueblos. Y esto no es lo que el Paraguay necesita.

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