Los controles de precios, miles de años de desatinos
Por Karelys Abarca
Los controles de precios representan una medida de política económica que aplican los gobiernos desde hace mucho tiempo, para regular la inflación.
Se intente controlar los precios de los bienes y servicios o los
precios del trabajo, por lo general se logra exactamente lo contrario,
una mayor inflación o una mayor escasez del rubro regulado. Son más de 4.000 años de historia económica que muestran ejemplos de fracasos de la medida. El asunto es que si no conocemos la historia, estamos condenados a repetirla.
Desde el mundo antiguo ha existido una
pugna entre los gobernantes y los mecanismos de libre intercambio del
mercado como fenómeno social. La idea del poder político sobre la
existencia de un “precio justo” para las cosas, ha sido frecuente en
diversos momentos de la civilización humana. Al menos en los últimos
4.000 años, los gobiernos han intentado controlar los precios del
sistema, y cuando fracasan buscan los culpables fuera de esta política.
En la antigüedad quien tuviese control
sobre los alimentos, tenía el control político absoluto. En el Antiguo
Egipto, el Faraón no sólo controlaba el suministro de los granos y
cereales, sino también la propiedad de la tierra, imposibilitando a los
pobres de obtener bienestar a través de su trabajo. En todas las
civilizaciones antiguas, en Babilonia, en China, la India, en Grecia o
Roma, los controles de precios y salarios provocaron el mismo efecto,
escasez de los rubros controlados e inflación. Lo que es peor, estas
medidas siempre beneficiaron a unos, mientras afectaron a otros,
lamentablemente a la mayoría.
En el antiguo Imperio Romano, en época
del Emperador Diocleciano, los precios se incrementaban de manera
exorbitante, a pesar de los intentos de controlarlos a través de leyes.
El emperador, sin aceptar los desequilibrios de la economía, atribuía la
inflación a la avaricia de sus súbditos y en un decreto que data del
año 301, amenazaba con la muerte a cualquier vendedor que cobrara
precios por encima de los límites oficiales. Sin embargo, la inflación
siguió creciendo.
Los castigos a los agentes del sistema,
especialmente a los productores, tampoco han servido para regular el
crecimiento de la inflación durante los controles, pues las leyes de
mercado son tan implacables como las leyes naturales. El poder político
no logrará jamás por decreto que el agua hierva a menos de 100 grados
centígrados, así como no logrará evitar que los precios sigan creciendo,
a través de controles y amenazas.
En la Edad Media la doctrina del “precio
justo” tuvo un énfasis religioso, la persecución por “usura” dificultó
la acumulación de capital y colocó todo el poder económico en los
señores feudales que controlaban la tierra y se enriquecían a costa de
generar escasez y pobreza en los serviles. Por eso la Edad Media se
considera una época oscura y de estancamiento en la historia económica
de la humanidad, pues la productividad y rentabilidad se consideraban un
pecado.
Los primeros pasos en el surgimiento de
la banca, que permitiría la acumulación de capital y el consecuente
surgimiento de la industria varios siglos después, fue posterior a la
época del Renacimiento, cuando empezó a tomar cuerpo la idea del libre
mercado que tanto defendieron los precursores de la ciencia económica.
El liberalismo económico tuvo que caminar de la mano del liberalismo
político, para el nacimiento del libre mercado moderno.
La monarquía francesa de finales del
siglo XVIII, provocó el derrumbe del sistema de controles de precios,
cuando estos controles provocaron que desapareciera totalmente el
principal alimento de los pobres, el PAN. Las clases más necesitadas de
Francia impulsaron la Revolución por hambre, más que por la ideología de
la Ilustración, abriendo paso a la economía de mercado.
Los controles de precios y las
regulaciones provocaron también la insostenibilidad del gobierno de los
Romanov, la inflación y escasez en la época de la Segunda Guerra Mundial
y la caída de la Unión Soviética. Es una medida descarnada para la
ciencia económica, pero que acumula poder político para los que la
aplican, por eso nunca termina de desaparecer de la receta de los
gobiernos. Esta medida es atractiva porque promete proteger a los
consumidores con problemas financieros, pero crea distorsiones que hacen
que unos ganen y otros pierdan.
Sin embargo, no muchos entienden porqué
la medida fracasa en la práctica, y la siguen aplicando con expectativas
que funcione. Es una respuesta muy fácil de responder con las leyes
económicas más elementales, las leyes de la oferta y la demanda. Cuando
un gobierno regula un precio, colocando un nivel fijo determinado,
elimina la negociación directa entre productores y consumidores, es
decir, elimina la posibilidad que los mecanismos naturales del mercado
realicen los ajustes. Si se coloca un precio determinado por debajo de
los costos de las empresas, afectará a los productores e incentivará la
demanda, creando una brecha que se llama escasez. De igual modo si se
coloca un precio muy alto que favorece a las empresas, se contraerá la
demanda y habrá sobreproducción.
Los controles de precios eliminan los
juegos ganar- ganar, haciendo que unos agentes económicos ganen y otros
pierdan. En la cadena de desajustes en la economía, se generan mercados
paralelos o mercados negros, trabas burocráticas y corrupción que
terminan exacerbando los precios y generando más inflación, pues los
productos regulados que se vuelven escasos, son los que más caros se
venden en el mercado negro. Además si la escasez es muy elevada, se
generan colas para adquirir los productos regulados y el costo en
tiempo, hace que prosperen los especuladores y siga creciendo la
inflación. Es la situación actual de la economía venezolana, donde
coincide la profundidad de los controles con la inflación más alta del
mundo.
En conclusión, aunque la historia
económica mundial ha demostrado que los controles de precios y salarios
representan una medida de alto costo de oportunidad para la sociedad
donde se aplica, sigue siendo atractiva para los gobiernos como política
que genera falsas expectativas de regulación de crecimiento de los
precios, aunque en la práctica pase exactamente lo contrario.
Fuentes bibliográficas:
1. CEDICE. 40 siglos de controles de precios. 2011
2. Rockoff, Hugh. Controles de precios. En: Enciclopedia Fortune. 1998
3. Schuettinger Robert & Eamonn Butler. 4000 años de controles de precios y salarios, cómo NO combatir la inflación. Editorial Atlántida, 1987
4. VENECONOMÍA. Controles de precios y distorsiones. Septiembre 2006
5. VENECONOMÍA. Acaparamiento y controles de precios… Peor el remedio que la enfermedad. Marzo 2007
1. CEDICE. 40 siglos de controles de precios. 2011
2. Rockoff, Hugh. Controles de precios. En: Enciclopedia Fortune. 1998
3. Schuettinger Robert & Eamonn Butler. 4000 años de controles de precios y salarios, cómo NO combatir la inflación. Editorial Atlántida, 1987
4. VENECONOMÍA. Controles de precios y distorsiones. Septiembre 2006
5. VENECONOMÍA. Acaparamiento y controles de precios… Peor el remedio que la enfermedad. Marzo 2007
La autora es Economista,
egresada de la Universidad Central de Venezuela, y
Profesora-Investigadora en la Facultad de Economía de esta casa de
estudios. Ha sido dos veces Premio Nacional Alberto Adriani, galardón
otorgado por el Banco Central de Venezuela y la Fundación Alberto
Adriani.
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