Debate 1984 – Capitalismo vs Socialismo: ¿Cuál de ellos es el sistema social *moral*?
– ver video aquí –
traducción de la presentación inicial de Leonard Peikoff, min. 11:05 a 19:35 aprox. del debate.
“Buenas noches, damas y caballeros.
Nuestro tema esta noche es: “Capitalismo vs Socialismo: ¿Cuál de estos
sistemas es *moral*?” Para responder a ello, tenemos que saber qué es
moralidad. ¿Cuál es el criterio ético que vamos a usar para juzgar un
sistema político? No podemos simplemente asumir que todo el mundo lo
sabe, o que está en la Biblia. Tenemos que empezar presentando y
validando lo que entendemos por moralidad, porque eso es lo que va a
decidir este debate.
Nuestro lado mantiene que el criterio de
moralidad es la vida del hombre, aquello que el hombre requiere para
sustentar su propia vida. Lo que el hombre requiera, por su naturaleza,
para poder sobrevivir, es lo que consideramos lo bueno, o lo moral.
La herramienta fundamental del hombre
para sobrevivir es su razón, su mente. La mente es nuestro único medio
de lidiar con la realidad, de comprender los hechos, de adquirir
conocimiento fiable. La mente es la fuente básica de cualquier valor que
vaya a favor de la vida.
Mirad, como ejemplo, la inmensa riqueza
sin precedentes que tenéis a vuestro alrededor, en Occidente, la riqueza
que ha sido creada desde la Revolución Industrial, bajo el capitalismo.
Esa riqueza no fue creada por músculos, sino esencialmente por el
pensamiento: el pensamiento de los científicos que descubrieron nuevo
conocimiento, de los inventores que usaron ese conocimiento para crear
nuevos productos, de los empresarios que usaron sus mentes para concebir
y organizar empresas productivas a gran escala. El trabajo físico por
sí solo no es lo que crea riqueza; todas las épocas anteriores tuvieron
una abundancia de trabajo físico. Lo que crea riqueza y todos los
valores humanos es el pensamiento. Ese es el punto número 1: Moralidad
significa pensar, razonar, usar la mente y vivir basándose en ella.
Punto número 2: La vida requiere egoísmo.
Un organismo vivo tiene que ser el beneficiario de sus propias
acciones, tiene que perseguir objetos específicos para sí mismo, para su
propio bien y su supervivencia. La vida requiere el obtener valores, no
el perderlos; lograr, no renunciar; la auto-preservación – que es
egoísmo –, no el sacrificio de sí mismo.
Si la vida es el estándar, el criterio
de valor, entonces la moralidad no puede consistir en sacrificio; el
sacrificio es incompatible con los requerimientos de la vida humana, y
con esto me refiero a cualquier tipo de sacrificio, ya sea de uno mismo a
los demás o de los demás a uno mismo. Mucha gente cree que la única
opción es sacrificarte tú a los demás – lo que llaman altruismo –
o sacrificar a los demás a ti – lo que llaman egoísmo –: cortar tu
propia garganta para el bien de tus vecinos, o cortar sus gargantas para
tu propio bien. En cualquier caso, sin embargo, una cosa sigue siendo
la misma: la garganta de alguien está siendo cortada, y la disputa es
sólo sobre quién será la víctima.
Sin embargo, si la vida es el estándar,
no deberíamos estar regateando sobre víctimas, deberíamos oponernos en
principio a la idea de cortar gargantas, en otras palabras, al
sacrificio. Un hombre egoísta en el sentido que abogo no sacrifica a los
demás a sí mismo; egoísmo significa que *cada* hombre es un fin en sí
mismo, sin tener que sacrificarse por otros ni sacrificar a otros por
él. Un hombre debe vivir de forma independiente, por su propia mente y
esfuerzo, sin víctimas. Ese tipo de hombre usa su mente al máximo y
actúa en consecuencia; en otras palabras, estoy hablando de un interés
personal *racional*, y en el trato con otros esto significa intercambiar
valor por valor por consentimiento mutuo y en beneficio mutuo.
Significa que cada parte respeta la soberanía y la libertad de los
demás, sin ningún sacrificio en ningún sentido.
La ética del servicio social, la ética
del auto-sacrificio, es lo que está destruyendo al mundo hoy. ¿A quién
supuestamente hay que sacrificar, y para beneficio de quién, según las
teorías convencionales que escuchamos por todas partes? ¿Deben los
incompetentes ser sacrificados a los competentes? ¿Los parásitos a los
que producen? Claro que no, pues los competentes y los
productores no tienen nada que ganar con ese tipo de sacrificio. Debe
funcionar al contrario, nos dicen: los competentes han de sacrificarse a
los incompetentes, los productivos a los parásitos, los pensadores a
los imbéciles, los sanos a los afligidos. En otras palabras, el
denominador común es: los que tienen éxito en vivir han de ser
penalizados porque tienen éxito, para poder recompensar a los
fracasados, quienes son recompensados por ser fracasados. No se puede
inventar un código de moralidad más anti-vida que ese, y el único efecto
práctico que puede tener es destruir a todos los que consiguen vivir
con éxito, rebajando así a toda la raza humana, que es lo que véis que
está pasando en todo el mundo.
Como debe ser, si te encuentras en una
situación problemática que tú no has causado – y resalto que esto ha de
ser una cuestión marginal: si todo el mundo estuviese en esa situación,
la raza humana no podría sobrevivir – si te encuentras en esa situación,
tendrás que depender de la generosidad voluntaria y de la caridad
privada de aquellos que no tienen esos problemas. Tendrás que pedir
ayuda como un favor, no como un derecho. No puedes usar tu problema
blandiendo un garrote sobre la cabeza de tu vecino. Tienes que reconocer
que otros hombres tienen derecho a existir también, que tu sufrimiento
no les convierte a ellos en tus esclavos. En otras palabras, esa no es
la función del gobierno. ¿Cuál es? Bueno, el Dr. Ridpath va a tratar
este punto, pero en esencia, mantenemos que la función del gobierno es
proteger a cada individuo precisamente para que no sea sacrificado por
otros o a otros; proteger la independencia de la mente de cada
individuo; en otras palabras: proteger sus derechos individuales y dejar
a todo hombre libre de actuar según su propio juicio y para su propio
beneficio, y esto es exactamente en lo que consiste el capitalismo.
Y quiero enfatizar esto: capitalismo *no
es* lo que tenemos en occidente hoy; estoy hablando de capitalismo
*laissez-faire*, o sea: la completa separación entre Estado y Economía,
no el gobierno de grupos de presión, ni favores gubernamentales para
ningún grupo, sean empresarios, trabajadores, agricultores o
consumidores; ninguna protección arancelaria, ni subsidios, ni
franquicias, ni ningún tipo de limosnas o proyectos de bienestar social.
Estoy hablando del gobierno como un árbitro imparcial que impide que
los ciudadanos violen los derechos individuales, y que aparte de eso no
se meta en nada, que es lo que significa “laissez-faire”.
El capitalismo es el sistema que deja al
hombre libre para funcionar, que permite que cada individuo sea libre
de vivir por su propia mente y por su propio juicio, de perseguir sus
propias metas, de comerciar voluntariamente con otros. Es el sistema
basado en la moralidad del interés personal racional.
El socialismo es lo contrario. Aunque
los socialistas aleguen que el individuo se beneficia bajo su sistema,
el hecho innegable es que su estándar de valor no es la vida del
individuo, sino el bienestar del grupo, lo llamen el colectivo, la
comunidad, la raza, la nación o el proletariado. Sostienen que es el
deber del individuo servir al grupo, sacrificarse a otros, según decrete
el representante del grupo y su portavoz, el todopoderoso Estado. Ese
punto de vista tiene que implicar, en última instancia, la esclavitud
del individuo al estado, y, por lo tanto, la destrucción de todo
pensamiento, producción, éxito, y finalmente de la vida misma. En el
siglo XIX, cuando Occidente estuvo lo más cerca del capitalismo, el
resultado fue el más alto nivel de vida y el intervalo más largo de paz
en la historia de la humanidad. *Lo moral es lo práctico*. En cuanto al
socialismo, mirad el colapso de Inglaterra, de la Rusia soviética… y
recordad que “Alemania *nazi*” significa “Alemania Nacional Socialista”.
Los resultados del socialismo en todas partes (¿se me ha acabado el
tiempo?) son tan nefastos como era de esperar.
Gracias.
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