Juan Carlos Hidalgo comenta sobre su última visita a la ciudad de Caracas.
Pero la experiencia, la semana pasada en Caracas, fue cualquier cosa menos placentera. Cuando el mesero me trajo un pabellón criollo (arroz, frijoles, carne mechada, queso frito y plátano maduro), vi su mirada y caí en cuenta: probablemente él o su familia tienen semanas, sino meses, sin comer algo similar. El arroz ha desaparecido de los supermercados y el kilo de carne cuesta un sexto del salario mínimo, que es $33 mensuales.