Alfredo Bullard describe la paradoja del socialismo: pretende solucionar un problema mediante el mecanismo que lo crea o profundiza.
Allí acaba la coincidencia y comienza la paradoja socialista. Para los liberales es la libertad la que permite combatir la acumulación ilegitima. Esa libertad se expresa en la competencia que no es otra cosa que la desconcentración de poder. Debe liberarse la entrada de agentes al mercado y darle el poder a los consumidores de elegir. Las utilidades deben obtenerse en el mercado, de las decisiones de los consumidores, y no en los pasillos de los ministerios. Así se evita la concentración.