Steve H. Hanke muestra cómo las devaluaciones
son un gran engaño que mientras que se dice que promueven una bonanza
de las exportaciones y un mayor crecimiento del PIB, solo terminan
rindiendo mayores tasas de inflación y de interés.
Eso fue entonces. Ahora los brasileños están llamativamente silenciosos porque la situación ha cambiado. El real brasileño ha perdido un importante 25% frente al RMB desde enero de 2015. Las guerras de monedas continúan y son tan intensas como lo fueron en 2010, cuando Mantega acuñó la frase.