Alberto
Mansueti
¿Qué es una gallina? Un pollito que se ha
desarrollado. ¿Y un pollito? Es un huevo que se ha desarrollado, lo más
probable hoy día, en alguna incubadora.
La fobia anti-partidos es hoy dominante,
lamentablemente. Un obstáculo a vencer, porque para transformar una nación, te
guste o no, se requiere al menos un partido político, capaz de cambiar el
sistema estatista. ¿Y qué es un partido político? Una corriente de opinión que
se ha desarrollado, se ha estructurado y organizado como “movimiento” a partir
de un pequeño grupo, y después ha logrado reconocimiento legal, y puede
postular candidatos al Parlamento. Porque para derogar las leyes malas, las que
generan pobreza, crimen, corrupción, injusticia, ignorancia y demás calamidades,
se requiere del Congreso; ¡no hay otra vía!
¿Y qué es un movimiento? Un grupo político que se
ha desarrollado, como un huevo, desde el estado
embrionario. Estas son tres etapas, y toman su tiempo; no es para gente
apurada. Y es en equipo; no es para los “llaneros solitarios”.
El Foro Liberal de América Latina (puedes buscar
en Internet) es una incubadora de líderes y grupos políticos, para
transformarse primero en movimientos, y luego en partidos. Sólo un número
crítico de congresistas pueden derogar los varios cientos de leyes malas, que
nos impiden contar con Gobiernos Limitados, mercados libres y propiedad
privada, los tres pilares de la justicia, la paz, la seguridad y la
prosperidad. Nuestra doctrina es el Liberalismo Clásico; no el “Neo” liberalismo,
que es el “Consenso de Washington” en versión criolla.
En nuestra línea doctrinaria hay muchos “tanques
de pensamiento”; pero ninguno ha concretado ese pensamiento en una propuesta u
oferta política concreta, viable, práctica, creíble y seductora. Y es por esa
carencia que el pensamiento hegemónico es el socialismo; no por sus méritos,
que no tiene.
El Proyecto es “La Gran Devolución”, y el Programa
de las Cinco Reformas, en los que trabajamos desde hace mucho, no es algo
improvisado. Nos inspiraron varias experiencias: la Revolución de 1776 y el
sistema institucional y de partidos en EE.UU.; en el siglo XIX la “Liga de
Manchester” con Cobden y Bright en Inglaterra, y la labor de Frederic Bastiat
en Francia; los tres “milagros económicos” en las naciones derrotadas en la II
Guerra Mundial, en los ’50 y ’60; los “Cuatro Dragones” asiáticos en los años
’70; y “las Cuatro Modernizaciones” en la China actual.
La democracia “representativa” con Gobiernos en su
papel de suministrar seguridad, justicia e infraestructura nada más; y no
metidos en las esferas privadas de la familia, economía, educación, salud y
cuidado de ancianos y pobres, procede de la Biblia y la tradición
judeocristiana, enriquecida con aportes que remontan a la Antigüedad Clásica, como
el realismo aristotélico, que los árabes nos legaron a Occidente. Así se
hicieron ricos los países que se hicieron ricos; pero después tomaron la senda
del socialismo, y les llegó el desorden y la barbarie.
Somos incurablemente realistas, por eso nos
oponemos a cualquier forma de socialismo, y en general a toda utopía, como el
“anarco-capitalismo”, que atrae a jóvenes “libertarios” con buenas intenciones
pero sin experiencia y con muy poco estudio, y a otros personajes que pintan
canas, y se supone muy sabios, pero que por eso deberían ser más responsables.
Para formular las Cinco Reformas en detalle, hemos pasado tiempo investigando
con…
(1) Encuestas de opinión que revelan las “demandas
reales” de la gente, para cubrir sus necesidades, más allá de sus “exigencias
ideopolíticas”, inculcadas por el sistema, que les hace creer en el mito del
Estado como benefactor, satisfactor y proveedor universal; (2) leyes malas, que
impiden satisfacer las necesidades reales con la libre iniciativa y la empresa
privada en competencia; que empeoran los problemas existentes; y que además
crean otros problemas nuevos adicionales; (3) las “reformas de segunda y
tercera generación”, que entidades como el Banco Mundial, la OCDE y el FMI les
encargan elaborar a institutos e investigadores honestos, que dicen la verdad,
pero que luego los burócratas esconden en sus gavetas, para que nadie las
conozca, y ellos sigan dictando leyes malas a los países; (4) las “reformitas”
aisladas de los “Neo” liberales, tipo mercantilista o social-demócrata, que no
resuelven nada, y cuyo fracaso sirve de pretexto a las izquierdas para regresar
al poder.
Así como de la doctrina bajamos a la política, de
la política bajamos al plano operacional. De momento estamos en fase de
“reclutamiento”. Los líderes de cada grupo identifican “prospectos”, candidatos
a ingresar a nuestras filas. Y siguen con ellos cuatro pasos: primero (1) les
explican las Cinco Reformas; luego (2) les responden a todas sus preguntas, que
no son pocas, si hay interés; (3) después se ve si la actitud es favorable;
caso contrario no se insiste, ¡el tiempo es un recurso no renovable! (4) Al
fin, si es el caso, la pregunta clave: (4) “¿En qué forma puedes tú colaborar?”
Hay diversas formas: (1) con dinero, para producir
y editar material informativo; (2) con apoyo en redes sociales, mostrando la
propuesta y el proyecto; (3) organizando pequeñas reuniones en hogares,
oficinas y centros educativos, para pasar a los invitados videos y audios, y
brindarles respuestas convincentes a sus inquietudes, objeciones y críticas;
(4) con incidencia desde los medios de prensa, en las universidades, lugares de
trabajo, y en las calles, si es posible.
Cuando se logra esta meta en grado suficiente, nos
hacemos “visibles”; implica que el “grupo” ya es “movimiento”, estamos en la
segunda etapa: la incubadora funcionó, ¡y el huevo se hizo pollito!
Por último, lo que a muchos les inquieta: para
hacerse gallina, el pollito ha de presionar por todos los medios hasta lograr
su reconocimiento legal como partido. Pero eso será en la tercera etapa. Es un
proceso; desde su concepción, un niño toma nueve meses para nacer, y no se
puede abreviar el trámite. Y para correr, ese niño primero va a caminar, pero
antes va a gatear, y a tropezar mucho.
Alternativa: seguir perdiendo el tiempo con los
chismes, escandaletes ruidosos y demás incidentes coyunturales de ese circo que
es la politiquería criolla, que al estatismo mucho le sirve para distraer la
atención en puntos anecdóticos, evitando que veamos lo importante, y trabajemos
en consecuencia con eficacia, sin prisa pero sin pausa. Así el sistema se va a
perpetuar, no a cambiar.
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