Las ideas socialistas siguen siendo un peligro. Mucho se ha escrito
acerca del socialismo. El socialismo es una de las ideas más
populares que se hayan propuesto, a pesar de su fracaso.
Pero desgraciadamente es un fracaso que triunfa. Ya José Martí lo
había alertado cuando dijo:
“Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras: el de las
lecturas extranjerizas, confusas e incompletas; y el de la soberbia
y rabia disimulada de ambiciosos que para ir levantándose en el
mundo, empiezan por fingirse, para tener hombros en que alzarse,
frenéticos defensores de los desamparados…”
Y en la práctica ha sido toda una realidad profética. Incluso,
George Orwell, en su libro “1984” define con claridad meridiana los
métodos a seguir para poner en función el socialismo como sistema.
Sin embargo, ninguna de las alertas han sido suficiente, los
pueblos, incluyendo el norteamericano, van cayendo como moscas ante
sus “encantos diabólicos”.
Sin embargo, lo más preocupante de la idea socialista es su
capacidad de reinventarse, y aun sin ello, su capacidad de confundir
o encantar a las grandes masas, con sus supuestas reivindicaciones
sociales. Así como penetrar las instituciones por medio de unos
supuestos románticos idealistas, que por una extraña condición
humana, desde posiciones muy ventajosas se apoyan en las necesidades
reales de un sector de la población, para y a partir de el
convertirse en sus sublimes defensores y protectores.
Esos idealistas, autoproclamados progresistas han minado las
universidades, la industria cinematográfica, todos los medios de
prensa y ahora van por las instituciones públicas, como las
alcaldías, gobernaciones y de una forma u otra, ya en varios países,
incluyendo los Estados Unidos asumen la presidencia.
Como bien resalta Leopoldo Escobar, de México se ha vuelto a
recurrir a la vieja táctica del socialismo Fabiano, para no
identificarse con la estrategia marxista-leninista de las
revoluciones y la confrontación directa, por el marcado fracaso de
ese proceso en Europa y la Unión Soviética. En países capitalistas y
de institucionalidad democrática funciona mejor el Socialismo del
Siglo XXI. En otros de democracia más sólida, como México y los
Estados Unidos se recurre al clásico socialismo Fabiano. Sin
embargo, en países que ya vienen de regreso del socialismo ortodoxo
como China, Vietnam y Cuba, la nomenclatura o casta en el poder
prefieren el típico capitalismo de estado, pero con atuendos del
socialismo clásico, como la represión y la falta de libertades
económicas y políticas.
También hace Leopoldo Escobar un recuento histórico sobre el
comportamiento de la izquierda y rebate los argumentos sobre la
supuesta izquierda buena o necesaria, que ahora se denomina
izquierda “moderada o light”. En su artículo, Socialismo: El fracaso
que triunfa, Ricardo E. Calvo MD PhD del El Instituto
Independiente se encarga de demostrar que, aún en aquellos
ensayos de organización socialista, sin un comprometimiento
ideológico como fue el caso de los colonizadores americanos del
“Mayflower”, plasmada en el libro “En la Plantación Plymouth”
escrito por el segundo gobernador de la colonia William Bradford.
Otro ejemplo del mismo caso fue el de Robert Owen quien se
aventuró en 1816 a pedirle personalmente al Parlamento Inglés que
las condiciones existentes en las fábricas fuesen modificadas y
propuso la fundación de “Villas de Cooperación”. Esto también
resultó un fracaso. Y finalmente se trasladó a Estados Unidos y
quiso poner en práctica su proyecto que se llamaría “Nueva Armonía”,
ubicado en el estado de Indiana. He aquí donde nace la verdadera
definición del concepto “socialista”. Su proyecto al final también
fracasó.
La sociedad comunitaria del kibutz israelita parecía la fórmula
perfecta y la que tuvo tal vez algunos resultados, pero la esencia
misma de su naturaleza, de la idea socializada, terminó acabando
con la existencia del proyecto. Y para concluir los intentos de lo
que podríamos catalogar del socialismo bueno, la Sra. Rooselvet
asumió la planificación e implementación de Arthurdale, como algo
personal y actuando como “encargada”, intentó establecer
voluntariamente una sociedad socialista, aunque bajo los auspicios
del Estado, fue Arthurdale en el condado de Preston en el Estado de
la Virginia Occidental (West Virginia) en los EE.UU. Al final
aquello terminó en un rotundo fracaso.
En conclusión, todas las ideas socialistas han sido un fracaso, pero
igualmente siguen siendo peligrosas. Peligrosas porque se imponen de
forma sistémica, se imponen desde una situación real y específica y
se fundamentan en las reacciones psicológicas de la propia
naturaleza humana. Y a todo esto hay que sumarle la incapacidad de
las fuerzas antagónicas a la izquierda de concebir y ejecutar
métodos para contrarrestarla.
El principal objetivo estratégico de la izquierda internacional es
el sometimiento de las instituciones norteamericanas a su voluntad.
La contracultura es su principal estrategia, por tanto la
inmigración, principalmente ilegal es su prioridad. Además,
por su
cercanía e incidencia en la situación interna de los Estados Unidos,
México es el trampolín principal, razón por la que se ha provocado
en México todo un clima de ingobernabilidad, mediante un estado
fallido, que se puede extrapolar hacia los Estados Unidos o cuando
menos llevar al poder las fuerzas convenientes a los intereses del
nuevo orden mundial.
La corriente ideológica más fuerte de los últimos tiempos es el
antiamericanismo, donde convergen todas las fuerzas contraculturales
hacia los Estados Unidos, desde los musulmanes más radicales, los
socialistas resentidos y los anti americanistas históricos, lo que
permite reunir una gran fuerza con capacidad e intenciones de
utilizar todos los métodos, desde los más violentos hasta los más
sofisticados, como la invasión demográfica y la introducción de
drogas para desestabilizar la sociedad norteamericana.
En algo que la izquierda es efectiva y sabe manejar son los medios y
el discurso. Ya desde los tiempos de Orwell se hablaba de la nueva
lengua y es algo que la izquierda domina a la perfección. Y más,
frente a unos adversarios incautos, que no saben defenderse ni
atacar. Recientemente Mitt Romney dijo una verdad irrefutable: los
pobres en los Estados Unidos no son motivos de preocupación, tienen
un programa de asistencia social envidiable y dijo más, que aun así,
si tenía que revisarlo lo haría. Sin embargo,
un barraje mediático
se les vino encima y lo peor es que pidió disculpa, asumiendo de
oficio su irresponsabilidad.
Cuando lo que debió
hcer
fue atacar y
contraatacar a los medios, por su nivel de ignorancia, aunque se
sepa que lo hacen
por mala intención. Refutarle que no conocen los
beneficios de los cuales gaza en pueblo norteamericano. Además,
increparlos por su incapacidad de escuchar e interpretar las
palabras pronunciadas por él, lo que deja mucho que desear de los
medios y sus periodistas, o sea, pasar a la ofensiva.
La capacidad de maniobra de la izquierda es incalculable. En
política exterior son implacables, solo
hay
que ver la posición del
ex presidente de Brasil, José Ignacio Lula da Silva con respecto a Cuba
y Honduras. El secretario de la OEA, José Miguel Insulsa y por
último,
el cinismo de Dilma Rousseff.
Es
inmoral
como apoyan y reconocen las
supuestas instituciones internacionales
las
ilegalidades,
como la
reelección de Daniel Ortega
como presidente de Nicaragua
y la existencia por más de 50 años de
una dictadura militar y represiva en Cuba, sin el menor
cuestionamiento.
Sin embargo, lo que se
le llama la derecha,
no tiene una
infraestructura vinculante, a pesar de ser la principal generadora
de riquezas.
Tampoco cuenta con
programas sociales, con administración y gerencia
capitalistas, para tener mayor efectividad. Es decir,
lo que hace
mucho tiempo veníamos proponiendo,
el capitalismo social.
Gracis
María Corina Macho,
que con
mucha sabiduría ha remarcadoahora
esa nueva teoría para
Venezuela.
La izquierda seguirá siendo cada día más peligrosa y efectiva, en la
misma mediada que no se busquen acciones inteligentes y con
componentes sociológicos
que la antagonicen. Es decir,
mientras más
incompetentes sean sus adversarios, mayor será su empuje y efectos.
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