El “anclaje institucional” de la DEA se derrumbó por escándalos con narcotraficantes (
Deathandtaxes.com)
La
semana pasada surgió una prueba más, no solo del fracaso, sino de la
inutilidad —y del absurdo— de la guerra contra las drogas.
La oficina del inspector general del Departamento de Justicia de los Estados Unidos publicó un
informe en el que, entre otros, denunció que miembros de la
Drug Enforcement Administration —DEA,
la organización del gobierno estadounidense encargada de luchar en
contra de los traficantes de droga–, han participado en fiestas pagadas
por narcotraficantes colombianos.
Así las cosas, la guerra contra las drogas no solo no logró acabar
con el cultivo de drogas, ni frenar los canales de tráfico, ni mucho
menos impedir la distribución y el consumo al detal en los mercados
internacionales.