"Seamos
sinceras: el dinero y el poder estimulan la actividad sexual", dijo la
invitada frente a un grupo de amigas. El comentario, generó una fuerte
discusión en torno a las mujeres de los narcos.
¿Qué
lleva a alguien a convertirse en pareja de un narcotraficante? Mis
amigas coincidieron en señalar que el dinero y la seducción del poder.
La pregunta fue replanteada: ¿Excita sexualmente el dinero y el poder?
Todas aceptaron que ambos factores mejoran la cama, incluso alguna
reconoció que los uniformes le alteran las hormonas. Y la mayoría aceptó
que la seguridad económica es un factor que aumenta la libido. Otro
grupo más reducido, debo reconocerlo, defendíamos la versión de la
sexualidad basada en la atracción física y mental; en el amor, la
química, la coincidencia intelectual, ideológica; de un proyecto de vida
y esas cosas que a la luz de las carcajadas de algunas, parecen pasadas
de moda.
El
caso es que intentamos diseccionar algunas personalidades de las
llamadas narcobellezas: mujeres "enamoradas" de los capos del narco, que
han renunciado a todo para atar sus vidas a la violencia y la
delincuencia organizada a cambio de dinero y poder. "El
amor puede salirte caro", dice una de las campañas publicitarias que
intenta disuadir a las mujeres mexicanas de involucrarse
sentimentalmente con narcos. Pero la realidad es que la crisis económica
le resta efectividad a esa campaña.