La
única táctica válida -y coherente con los principios libertarios- para
llegar a una sociedad anarquista de propiedad privada es la
Contra-Economía. Plantear cualquier otra estrategia que no sea
la Contra-Economía es contradictorio con nuestros planteamientos
libertarios. Y vamos a demostrar por qué.
La Contra-Economía es una estrategia libertaria basada en la creación
de empresas que compitan contra cualquier monopolio estatal, basándose
en los mercados negros y grises. Es el estudio o la práctica pacífica de
todas las acciones humanas que estén prohibidas por el Estado, como
describió acertadamente Samuel Konkin.
Se trata de crear empresas debajo del aparato estatal en un libre
mercado real hasta que, al final, le ganen cuota de mercado al propio
Estado.Wikipedia
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miércoles, 18 de mayo de 2016
¿Odias al Estado?, Murray Rothbard
¿Odias al Estado?, Murray Rothbard
El siguiente artículo es la traducción del magnífico artículo original de Murray Rothbard, Do you hate the State?, que escribió en 1977 pero que aún hoy tiene validez todas y cada una de las palabras que escribe Rothbard. Nada ha cambiado por parte del Estado, que continúa siendo nuestro enemigo. Tampoco han cambiado los minarquistas, que no se han radicalizado en absoluto -incluso se han ablandado un poco-.Recientemente he estado rumiando sobre cuáles son las cuestiones cruciales que dividen a los libertarios. Algunas que han recibido mucha atención en los últimos años son: el anarco-capitalismo vs gobierno limitado, el abolicionismo vs gradualismo, los derechos naturales contra el utilitarismo y la guerra contra la paz. Pero he concluido que, siendo como son estas preguntas tan importantes, en realidad no van directamente al nudo de la cuestión, a la línea divisoria fundamental entre nosotros.
Tomemos, por ejemplo, dos de las principales obras anarco-capitalistas de los últimos años: mi propio Hacia una Nueva Libertad y La maquinaria de la Libertad de David Friedman. Superficialmente, las principales diferencias entre ellos son mi soporte de los derechos naturales y de un código de leyes racionales libertario, en contraste con el utilitarismo amoral de Friedman y la llamada a un intercambio de favores y concesiones mutuas entre las agencias de policía no libertarias.
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