Para
que los individuos puedan beneficiarse de vivir en comunidad, esos
individuos requieren una sociedad que respete los derechos individuales.
La única finalidad del gobierno es proteger estos derechos. Un gobierno
posee el monopolio legal sobre el uso de la fuerza, la cual debe usar
sólo en represalia contra aquellos que inician la fuerza. El gobierno
protege los derechos individuales al poner el uso de la fuerza en
represalia bajo un control objetivo. Para llevar a cabo esta misión, el
gobierno de un país libre realiza tres funciones básicas: la policía, el
ejército y el sistema judicial; ese gobierno no regula a sus
ciudadanos, ni les proporciona un “colchón de seguridad” social, ni
trata de influenciar su conducta de ninguna forma.
Preguntas y Respuestas con Ayn Rand
¿Qué es el gobierno y cuál es su objetivo apropiado?
Un gobierno es una institución que
detenta el poder exclusivo de hacer cumplir ciertas normas de conducta
social en una zona geográfica determinada.
El único objetivo apropiado de un
gobierno es el de proteger los derechos del hombre, lo que significa:
protegerlo de violencia física. Un gobierno apropiado es sólo un
policía, actuando como un agente de autodefensa del hombre, y, como tal,
puede recurrir a la fuerza solamente contra quienes inician el uso de
la fuerza. Las únicas funciones adecuadas de un gobierno son: la
policía, para protegerte de criminales; el ejército, para protegerte de
invasores extranjeros; y los tribunales, para proteger tu propiedad y
tus contratos de incumplimientos o fraudes de otros, y para dirimir
disputas apelando a reglas racionales, de acuerdo con una ley objetiva.
Pero un gobierno que inicia el uso de fuerza contra hombres que no han
forzado a nadie, el uso de coacción armada contra víctimas desarmadas,
es una espeluznante máquina infernal diseñada para aniquilar la
moralidad; tal gobierno tergiversa su único propósito moral y transforma
su papel de protector en el papel del más mortal enemigo del hombre, su
papel de policía en el de un criminal investido con el derecho a
ejercer la violencia contra víctimas despojadas del derecho a la
autodefensa. Semejante gobierno sustituye por moralidad la siguiente
regla de conducta social: puedes hacerle lo que quieras a tu prójimo,
siempre que tu pandilla sea más grande que la suya.
¿Cuál es la diferencia entre la acción privada y la acción gubernamental?
La diferencia fundamental entre la
acción privada y la acción gubernamental – una diferencia completamente
ignorada y evadida hoy – reside en el hecho que un gobierno tiene el
monopolio del uso legal de la fuerza física. Tiene que tener tal
monopolio, ya que es el agente de disuasión que combate el uso de la
fuerza; y por esa misma razón, sus acciones tienen que estar rígidamente
definidas, delimitadas, y circunscritas; ningún atisbo de capricho o
arbitrariedad debe permitirse en su actuación; debe ser un robot
impersonal, con el estado de derecho como su único poder de motivación.
Si una sociedad ha de ser libre, su gobierno ha de ser controlado.
Bajo un sistema social adecuado, un
individuo particular es legalmente libre para tomar cualquier acción que
quiera (siempre que no viole los derechos de terceros), mientras que un
funcionario del gobierno está limitado por ley en cada uno de sus actos
oficiales. Un particular puede hacerlo todo excepto lo que está
legalmente prohibido; un funcionario del gobierno no puede hacer nada
excepto lo que está legalmente permitido.
Esta es la forma de subordinar la
“fuerza” al “derecho”. Este es el concepto norteamericano de “un
gobierno de leyes y no de hombres”.
La diferencia entre el poder político y
cualquier otro tipo de “poder” social, entre un gobierno y cualquier
organización privada, es el hecho que un gobierno tiene el monopolio
legal sobre el uso de la fuerza física. Esta distinción es tan
importante y tan poco reconocida hoy que tengo que instaros a tenerla
bien en cuenta. Voy a repetirlo: un gobierno tiene el monopolio legal
sobre el uso de la fuerza física.
Ningún individuo o grupo privado tiene
el poder legal para iniciar el uso de la fuerza física contra otros
individuos o grupos y obligarlos a actuar contra su propia elección
voluntaria. Sólo un gobierno tiene ese poder. La naturaleza de la acción
del gobierno es: acción coercitiva. La naturaleza del poder político
es: el poder de forzar la obediencia bajo la amenaza de daño físico – la
amenaza de la expropiación de bienes, el encarcelamiento o la muerte.
¿Qué es el capitalismo?
El capitalismo es un sistema social
basado en el reconocimiento de los derechos individuales, incluyendo los
derechos de propiedad, en el que todos los bienes son de propiedad
privada.
El reconocimiento de los derechos
individuales implica la prohibición de la fuerza física en las
relaciones humanas: básicamente, los derechos sólo pueden ser violados
por medio de la fuerza. En una sociedad capitalista, ningún individuo o
grupo puede iniciar el uso de la fuerza física contra otros. La única
función del gobierno, en esa sociedad, es la tarea de proteger los
derechos del hombre, es decir, la tarea de protegerlo de la fuerza
física; el gobierno actúa como agente del derecho del hombre a su
defensa propia, y puede usar la fuerza sólo en represalia y sólo contra
aquellos que inician su uso; de esa forma, el gobierno es el medio de
colocar el uso de la fuerza como represalia bajo un control objetivo.
Cuando digo “capitalismo”, me refiero a un capitalismo total, puro, no controlado, no regulado, un capitalismo laissez-faire
– con total separación de Estado y economía, de la misma manera y por
las mismas razones que existe la separación de Estado e iglesia.
El capitalismo puro, laissez-faire,
es el único sistema social basado en la aceptación de los derechos
individuales y, por tanto, el único sistema que prohibe la fuerza en las
relaciones sociales.
En una sociedad capitalista, todas las relaciones humanas son voluntarias.
Los hombres son libres de cooperar o no, para tratar unos con otros o
no, según sus propios juicios individuales, convicciones e intereses de
dictar. Ellos pueden tratar unos con otros sólo en términos de y por
medio de la razón, es decir, por medio de la discusión, la persuasión y
acuerdo contractual, por la opción voluntaria en beneficio
mutuo. El derecho a estar de acuerdo con otros no es un problema en
cualquier sociedad, es el derecho a disentir, que es crucial. Es la
institución de la propiedad privada que protege y pone en práctica el derecho a disentir, y mantiene así el camino abierto a la cualidad más valiosa del hombre (valioso personal, social y objetivamente): la mente creativa.
¿Cuál es la justificación moral del capitalismo?
La justificación moral del
capitalismo no radica en la reclamación altruista de que representa la
mejor manera de alcanzar “el bien común”. Es cierto que el capitalismo
hace eso – si esa frase hecha tuviera algún sentido – pero eso es
solamente una consecuencia secundaria. La justificación moral del
capitalismo radica en el hecho de que es el único sistema consonante con
la naturaleza racional del hombre, que protege la supervivencia del
hombre como hombre, y que su principio rector es: la justicia.
Si el bien, la virtud y el ideal moral
son el sufrimiento y el auto-sacrificio – entonces, según esa norma, el
capitalismo tendría que ser condenado como malvado. El capitalismo no
les dice a los hombres que tienen que sufrir, sino perseguir el disfrute
y la realización, aquí, en la tierra – el capitalismo no les dice a los
hombres que sufran y se sacrifiquen, sino que produzcan y se beneficien
– el capitalismo no predica pasividad, humildad y resignación, sino
independencia, confianza en sí mismo y responsabilidad individual –y,
sobre todo, el capitalismo no permite que nadie espere o exija, que dé o
tome lo inmerecido. En todas las relaciones humanas – públicas
o privadas, espirituales o materiales, sociales o políticas o
económicas o morales – el capitalismo requiere que los hombres se guíen
por un principio que es la antítesis del altruismo: el principio de la justicia.
Observad las paradojas atribuidas al
capitalismo. Se le ha llamado un sistema de egoísmo (que, en mi sentido
del término, lo es) – y sin embargo es el único sistema que llevó a los
hombres a unirse en gran escala en grandes países, y a cooperar
pacíficamente a través de fronteras nacionales, mientras que todos los
sistemas colectivistas, internacionalistas, los sistemas de “un mundo”
están dividiendo al mundo en tribus balcanizadas.
El capitalismo ha sido llamado un
sistema de codicia – y sin embargo es el sistema que ha elevado el nivel
de vida de sus ciudadanos más pobres a alturas que ningún sistema
colectivista ni siquiera ha imaginado con igualar, y que ninguna
pandilla tribal ni siquiera puede concebir.
El capitalismo ha sido llamado
nacionalista – pero es el único sistema que la desterrado la etnicidad, y
el que hizo posible que, en los Estados Unidos, hombres de diferentes
nacionalidades previamente antagonistas pudieran vivir juntos en paz.
El capitalismo ha sido llamado cruel –
pero ha traído tal esperanza, progreso y buena voluntad en general que a
los jóvenes de hoy, que no lo han visto, les resulta difícil de creer.
En cuanto a orgullo, dignidad, confianza
en sí mismo, autoestima – estas son las características que marcan a un
hombre como candidato al martirio en una sociedad tribal y bajo
cualquier sistema social que no sea el capitalismo.
¿Qué es una economía mixta y por qué es inherentemente destructiva?
Una economía mixta es una mezcla de
libertad y controles – sin principios, normas, o teorías que definan ni
la una ni los otros. Dado que la implementación de controles exige y
conduce a controles adicionales, es una mezcla inestable y explosiva
que, en última instancia, tiene que acabar derogando los controles o en
el colapso de una dictadura. Una economía mixta no tiene principios que
definan sus políticas, sus objetivos, sus leyes – ni principios que
limiten el poder de su gobierno. El único principio de una
economía mixta – que, forzosamente, ha de permanecer sin nombrar y sin
reconocer – es que ningún interés de nadie está seguro, que los
intereses de cada individuo están expuestos en subasta pública, y todo
vale para cualquiera que pueda salirse con la suya. Tal sistema – o, más
exactamente, anti-sistema – divide a un país en un número cada vez
mayor de grupo enemigos, grupos económicos luchando entre sí por su
auto-preservación, en una mezcla indeterminada de defensa y ataque, como la naturaleza de esa ley de la selva exige. Mientras que, políticamente, una economía mixta mantiene la fachada de una sociedad organizada con una apariencia de ley y orden, económicamente
es lo equivalente al caos que rigió a China durante siglos: un caos de
pandillas de ladrones saqueando – y drenando – los elementos productivos
del país.
Una “economía mixta” es una sociedad en vías de cometer suicidio.
Si una nación no puede sobrevivir mitad
esclava y mitad libre, considera en qué condición está una nación en la
que cada grupo social se convierte a la vez en el esclavo y en el
esclavizador de cada uno de los otros grupos. Pregúntate cuánto tiempo
esa condición puede durar y cuál es su resultado inevitable.
Cuando son introducidos controles
gubernamentales en una economía libre, ellos crean distorsiones
económicas, dificultades y problemas que, si los controles no son
derogados, requieren aún más controles, los cuales requieren aún más
controles, etc. De esa forma se establece una reacción en cadena: los
grupos que han sido perjudicados buscan resarcimiento imponiéndoles
controles a los grupos beneficiados, los cuales se desquitan de la misma
manera, en una escala cada vez mayor.
Si el parasitismo, el favoritismo, la
corrupción y la avaricia por lo inmerecido no existiesen, una economía
mixta crearía su existencia.
Dado que no hay justificación racional
para el sacrificio de unos hombres a otros, no hay ningún criterio
objetivo por el que tal sacrificio pueda ser guiado en la práctica. Toda
la legislación de “interés público” (y cualquier distribución de dinero
arrancado por la fuerza a algunos hombres para el beneficio inmerecido
de otros) se reduce en última instancia, a concederles un poder
indefinido, indefinible, no objetivo y arbitrario a algunos funcionarios
del gobierno.
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