lunes, 13 de junio de 2016

Detrás de la homofobia no sólo está el fanatismo religioso

Las religiones son los principales semilleros de homofobia, al querer imponer un único modelo de familia en nombre de Dios o de Alá

homofobia
No está lejos el momento en que no habrá necesidad de etiquetar el amor y que la homofobia será vencida por la libertad. (Babygest)
Rondando por Facebook hace unas semanas me encontré una nota con un títular que a todas luces llevaba la intención de sesgo: La lesbiana mata al hijo de 2 años tras atroces torturas ayudada por su novia. Había sido compartido en una página de personas católicas que defienden el modelo heterosexual de familia.
De entrada ya dicen que es lesbiana la mujer señalada, sin necesidad alguna, ya que su delito no tiene que ver con su preferencia sexual. Acto seguido dicen que su novia le “ayudó”, con intención de recalcar una vez más su inclinación. ¿Es necesario? ¿No es esto un tipo de homofobia arropada de religión? ¿Qué diferencia tiene esta intolerancia con la mostrada por los grupos radicales islámicos?
Cómo el argumento me pareció tan intolerante me atreví a publicar un comentario que hacía alusión a que el problema no era la preferencia sexual de la persona, ya que en familias compuestas por parejas heterosexuales había papás que abusaban de sus hijos. La respuesta que recibí fue altamente agresiva. Ahí, comprendí que el factor “homofobia” era más latente de lo imaginado.



Y es que es un tanto cómico cómo muchas personas que, bajo mantos morales y religiosos, pretenden salvar la figura convencional de la familia (padre-madre), caen en otra “falta” igual o más grave que la que acusan: la discriminación, la marginación y la incitación al odio.
¿Acaso hemos leído titulares como “Padre heterosexual viola a su hijo de 2 años y su esposa lo encubría”? ¿O es que por ser heterosexual no comete mayor falta? Pero si es una familia padre-madre, se asume que no deberían pasar tales cosas ya que no están alterando el “orden natural” de la sociedad.

Y ojo, no estoy justificando el mal hecho, sino que debemos ver que no se trata de asumir que por ser una familia convencional todo estará bien, o por ser un matrimonio igualitario todo estará mal. ¡No! Se trata de personas, antes que sus preferencias sexuales, las cuales no desaparecerán por el simple hecho de que una u otra religión quiera vetar su derecho de piso dentro de la sociedad.
Una familia es donde hay amor que une a dos individuos y les hace querer hacer crecer su amor compartiéndolo con más personas, sean estos hijos propios o adoptados. La familia es una estructura que no determina quien la forma, sólo su función dentro de una sociedad.
El ser humano nunca terminará de encontrar el modelo perfecto de familia, ya que lo que funciona para unos, no funciona precisamente para otros. Algunas parejas heterosexuales funcionan con dos padres que trabajan 40 horas a la semana; otras no, ya que apoyan que mamá se quede en casa organizando todo; algunas familias funcionan con dos papás, otras con dos mamás. Incluso, pueden funcionar perfecto sólo con papá o sólo con mamá.
Lo que pasó en Orlando, Florida, no es un acto que se dió de la nada, y más allá de los tintes terroristas, quien lo cometió estaba convencido de que esas personas no merecían vivir sólo por tener una inclinación distinta a la suya. Esa persona proviene de un núcleo religioso que les excluye y le enseña a excluir. Esa persona no quiso que su hijo viera esos modelos de vida. ¿Es eso distinto a lo que las religiones cristianas también promulgan? ¿O lo que incluso ateos promueven? ¡No! Si usted se identifica con alguna de las características mencionadas en este párrafo, usted es homofóbico.
En algún momento, yo también fui un tanto intolerante. Mi generación no creció entre tanta apertura, peor siendo de un país como Honduras cuya sociedad hasta años recientes que comienza a abrirse a otros estilos de vida. Pero, poco a poco, he ido comprendiendo que la libertad es un derecho inalienable del ser humano, que trasciende razas, géneros, religiones.
He comprendido que la única familia perfecta es donde el amor vence las barreras, donde todos aprenden a aceptarse y a ser felices sin mayores cuestionamientos.

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