Según sostiene el medio Middle East Eye, el ala militar del movimiento libanés Hezbollah ha recibido instrucciones por parte de Irán de suspender sus operaciones contra Israel y centrarse en atacar a Arabia Saudita.
La instrucción se produce a raíz de la ira provocada por el asesinato de Mustafa Badreddine, su comandante militar en Siria y jefe del ala militar del movimiento, asesinato del que Hezbolá culpa a fuerzas “takfiries” apoyadas por el gobierno de Riad.
Según fuentes citadas por Middle East Eye en el Líbano, la orden fue transmitida en persona por Qasim Soleimani, el jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán (CGRI) que llegó a Beirut para ofrecer sus condolencias.
Soleimani también nombró al sucesor de Badreddine y a sus dos adjuntos, un hecho que según Middle East Eye no tiene precedentes en la relación entre Irán y el movimiento libanés, pues los anteriores nombramientos habían sido un asunto interno de Hezbolá en consulta con Irán.
El reemplazo de Badreddine es Fuad Shukr, cuyo nombre de guerra es al-Hajj Mohsen.
Mientras que sus predecesores venían del ala de inteligencia y seguridad de la organización, Shukr escaló posiciones como militar, responsable de las operaciones contra Israel, incluyendo el secuestro de soldados israelíes.
Las circunstancias que rodearon a la muerte de su antecesor, Badreddine, siguen siendo tema de especulación. Su muerte cerca del aeropuerto de Damasco fue atribuida inicialmente a una operación encubierta israelí, pero esto se contradice con una declaración de Hezbollah, según la cual: “Las investigaciones han demostrado que la explosión que llevó al martirio del comandante Mustafa Badreddine, fue el resultado de un bombardeo de artillería realizado por grupos militantes sunitas en el zona”
Las posiciones de artillería sin embargo estaban a 20 kilómetros de distancia y hay dudas de que sus proyectiles pudieran alcanzar una precisión milimétrica desde esa distancia.
Las consignas de Hezbolá en el funeral de Badreddine dejaron pocas dudas de que se responsabilizó a Arabia Saudita de la muerte de su comandante militar.
Desde que Arabia Saudita cortó las relaciones diplomáticas tras la ejecución del líder chiita Sheikh Nimr al-Nimr, las relaciones entre las potencias regionales rivales han caído en picado.
La señal más reciente de esto fue la falta de acuerdo sobre el peregrinaje de los musulmanes iraníes que viajan al Hajj de este año.
Irán dice que sus ciudadanos no participarían en el Hajj y culpó a Arabia Saudita del problema. Recordemos que el Hajj del año pasado se vio afectado por la muerte de al menos 769 peregrinos, muchos de ellos de Irán, en una estampida en Mina, en las afueras de La Meca.
De acuerdo con fuentes citadas por Middle East Eye, Irán iniciará acciones contra Arabia Saudí antes del comienzo del Hajj en septiembre. La tarea de shukr es coordinar las acciones militares con el grupo iraquí chiíta paramilitar Asa’ib Ahl al-Haq, y un grupo chiíta en Bahrein llamado Saraya al-Mukhtar.
Así pues, de confirmarse esta noticia, se produciría un giro importante en los acontecimientos en Oriente Medio.
Hasta el momento, Hezbolá ha significado una amenaza constante para Israel y un pretexto para que Israel interviniera en al zona del Golán ante la posible amenaza de que la zona fuera ocupada por las milicias de Hezbolá. Además, la amenaza de los misiles de Hezbolá disparados desde el Líbano hacia Israel, también ha marcado las operaciones militares israelíes en los últimos años.
Sin embargo, si Hezbolá centra ahora sus ataques contra Arabia Saudita, el recrudecimiento del conflicto entre Irán y Arabia Saudita, puede aumentar rápidamente, tanto en el marco de la guerra de Siria y la de Yemen, como en toda la región en general.
A ello debemos sumar la noticia ofrecida por fuentes iraníes, según las cuales, un número cada vez mayor de jóvenes iraníes se presentan voluntarios para participar en la guerra en Siria.
Según el Jefe del Departamento de Relaciones Públicas del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, Ramezan Sharif, un número creciente de iraníes se han ofrecido voluntarios para ser enviados a la guerra de Siria para “luchar contra el terrorismo”.
Según informa el medio Veterans Today, hasta 500.000 se podrían llegar a movilizar para contrarrestar la agresión turca.
Aunque de momento y de forma oficial, la presencia organizada de fuerzas iraníes en el conflicto sirio se limita a “algunos hombres del ejército expedidos al país entre otros asesores militares voluntarios”, lo cierto es que todas estas noticias apuntan en la dirección de un incremento dramático de las tensiones entre chiitas y sunitas en toda la región de Oriente Medio.
Recordemos que documentos filtrados por Wikileaks y en concreto un correo electrónico de la exsecretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, demostraron que el servicio de inteligencia israelí considera que la caída del gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, sería perjudicial para Irán, lo que favorecería a Israel y Occidente.
Según el contenido del mensaje de la exsecretaria de Estado y actual precandidata demócrata a la Presidencia de EE.UU., Tel Aviv está convencido de que Teherán perdería a “su único aliado” en Oriente Medio si Assad fuera derrocado, con lo que la República Islámica “quedaría aislada” en la región.
Al mismo tiempo, “la caída de Assad provocaría una guerra sectaria entre los chiitas y la mayoría sunita, lo que a juicio de los comandantes israelíes no sería malo para Israel y sus aliados occidentales”, agrega la carta enviada en julio del 2012.
Según el documento, este posible conflicto sectario retrasaría el programa nuclear iraní. “La mejor manera de secundar a Israel contra la capacidad nuclear de Irán, es ayudar al pueblo sirio a derrocar el gobierno de Bashar al Assad”, señala otra carta de Clinton.
Y este es el punto clave del asunto: “una guerra sectaria entre los chiitas y la mayoría sunita, beneficiaría a Israel y a sus aliados occidentales y retrasaría el programa nuclear iraní”.
Así pues, la caída de Assad se intuye como algo secundario, pues el objetivo primario de Israel y Occidente, sería recrudecer el conflicto entre Chiíes y Suníes en la región, es decir, entre Irán-Hezbolá y el eje Arabia Saudita-Turquía-Monarquías del golgo Pérsico.
¿Y acaso la noticia que ofrece Middle East Eye, mediante la cual Hezbolá centrará sus fuerzas contra Arabia Saudita, no va precisamente en esa dirección?
¿A nadie le parece sospechoso que el asesinato de Mustafa Badreddine,comandante militar de Hezbolá en Siria y hombre clave para Irán, fuera inicialmente achacado a Israel y después a los aliados de Arabia Saudita?
Atendiendo a estos acontecimientos y noticias, bien podríamos estar en la antesala de una gran guerra sectaria en Oriente Medio, en la que Israel, Occidente, e incluso Rusia, ejercerían prácticamente de espectadores y suministradores…para su propio beneficio.
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