La Carta Democrática
Por Álvaro Vargas Llosa
La Carta Democrática Interamericana
invocada por el secretario general de la OEA y que firmaron 34 países el
11 de septiembre de 2001 no fue inventada para combatir dictaduras
surgidas de golpes militares contra gobiernos legítimos. Nació
para combatir a gobiernos que, habiendo sido elegidos, destruyen las
instituciones democráticas desde el poder. Para ocuparse de las primeras
ya había instrumentos. Para ocuparse de los segundos los
había también, pero la experiencia trágica del régimen de Fujimori en
Perú, a partir de la cual la Carta Interamericana se hizo necesaria,
había demostrado que en la práctica no bastaban. De allí la
existencia del tautológico pero pertinente instrumento de derecho
internacional firmado en 2001 a modo de prevención -o sanción- contra
futuros fujimoris.