El atentado terrorista en la discoteca gay ha sido lo mejor que ha podido ocurrirle al candidato Republicano
Desde que inició su campaña, el candidato por el Partido Republicano a las elecciones presidenciales, Donald Trump, ha mantenido un espacio reservado en sus discursos al tema de la seguridad de Estados Unidos. En su retórica, mezclada en una buena parte con una porción grande de alarmismo y, con otra parte de realidad, Trump ofrece una serie de soluciones irracionales que le garantizan el aplauso de los estadounidenses.
Trump juega con el miedo de la población y lo usa a su favor. Ha dicho que Obama y los otros candidatos son débiles y que no son capaces de mantener a Estados Unidos seguro; él, en cambio sí podría.
Cuando ocurrió el atentado en Bruselas, el pasado 22 de marzo, el candidato Republicano fue uno de los primeros en reaccionar. Utilizó el dolor de la situación, sin ningún tipo de vergüenza, para promover su campaña y hacer proselitismo.
Las ideas xenófobas, misóginas y pseudo-fascistas de Trump se ven respaldadas por toda situación en la que los ciudadanos estadounidenses se sienten amenazados.
La ventaja del republicano sobre los demás candidatos, e incluso sobre Obama, es que ha tenido un pequeño, pero importante acierto: ha sido uno de los pocos —sino el único— candidato que hasta el momento ha podido determinar al verdadero enemigo: el terrorismo islámico.
En febrero de este año, el presentador de Real Time en HBO, Bill Maher, dijo que “de ocurrir un atentado terrorista a pocos meses de las elecciones, Trump se convertirá en Presidente”.
Ciertamente, lo mejor que ha podido pasarle a Donald Trump fue este atentado en Orlando. Los estadounidenses ahora se sienten vulnerables. La retórica radical y extremista del multimillonario se convierte en una opción desesperada de los ciudadanos en busca de seguridad; en busca de un ‘hombre fuerte’ capaz de defenderlos.
La campaña de Donald Trump ha girado en torno a un discurso xenófobo. Crear una base de dato de musulmanes y levantar un muro masivo en México han sido propuestas esenciales de lo que significaría su presidencia, son dos puntos realmente peligrosos que seguro se fortalecerán a las sombras de lo ocurrido este domingo.
Si Hillary no se endurece, deja a un lado la ridícula corrección política que Obama ha tratado de mantener, si no se atreve a llamar al enemigo pos su nombre, Donald Trump tendrá el camino completamente libre para la presidencia.
Lo peor ha pasado, y la consecuencia será aún más peligrosa: la campaña de Trump se ha ido consolidando poca a poco. Con el atentado en Orlando, Donald Trump podría tener garantizada la victoria este noviembre.
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