Argentina: La política económica y la grieta
Por Roberto Cachanosky
Hace rato que se viene hablando de la
grieta, palabra que entiendo quiere significar que estamos divididos
entre argentinos k y argentinos no k.
En rigor no es la primera vez que en
nuestro país se produce este tipo de divisiones feroces, ya en el siglo
XIX estuvo el famoso unitarios versus federales. A mitad de siglo XX
Perón, con su política fascista dividió a los argentinos diciendo que
unos eran pobres porque otros eran ricos. Lo que se olvidó de decir es
que muchos de los nuevos ricos habían hecho plata con la corrupción de
los gastos estatales. Perón dividió a la sociedad al punto de gritar
desde el balcón 5×1 y vamos a distribuir "alambre de enfardar para
colgar a nuestros enemigos". Como puede verse, el hombre no se andaba
con muchas vueltas. Era un "pacificador" nato.
Tampoco el Perón del 73, viejo y
cansado, vino con mucho espíritu de pacificación. Desde el exilio él
había contribuido a dividir a la sociedad estimulando las andanzas de
los terroristas. Claro que cuando llegó a la Argentina y vio que los
terroristas querían coparle el PJ buscó frenarlos. Pero los terroristas
le asesinaron a su amigo Rucci y se desató el pandemónium de la
violencia con la Triple A comandada por López Rega que perseguía a los
terroristas y los terroristas que tiraban bombas y mataban gente por
doquier.
Una vez más el peronismo dividía a la
sociedad con altos grados de violencia. Ya de entrada, cuando Perón
volvió al país, se produjo un enfrentamiento a los tiros en Ezeiza entre
diferentes sectores del peronismo. El ala fascista contra el ala zurda.
Hubo varios muertos en los bosques de Ezeiza ese día. El kirchnerismo
no hizo otra cosa que seguir con esa división de la sociedad buscando
culpables imaginarios para señalarlos como los responsables de la
pobreza de la gente, pobreza que en rigor era producto de las políticas
populistas aplicadas por ellos que generaban un tsunami de destrucción
del stock de capital produciendo desocupación, caída de la
productividad, pobreza, indigencia y desocupación.
Hoy se ve con toda claridad como esas
políticas populistas no son otra cosa que una cortina de humo para
esconder, en el caso del kirchnerismo, uno de los mayores latrocinios de
la historia Argentina. Pero desde la instauración del populismo en
Argentina, con Perón a la cabeza, lo que hoy llamamos grieta, ya existía
como resultado de la política económica que se viene aplicando desde
hace décadas. Es una política económica que, por definición, lleva a la
famosa grieta o al enfrentamiento social.
Es que se ha instaurado en Argentina una
política económica por la cual un sector solo puede avanzar a costa de
otro sector de la sociedad. Sectores empresariales utilizan al Estado
para que cierre la economía y así tener una renta extraordinaria
vendiendo productos de mala calidad y a precios descomunales. Para que
los dirigentes sindicales no protesten, entonces el Estado establece
salarios mínimos imposibles de pagar y una serie de beneficios
"sociales".
En Argentina, un sector de la sociedad
no logra avanzar económicamente gracias a que produce algo que beneficia
a otros sectores de la sociedad, sino que logra avanzar consiguiendo
que el Estado les quite a otros para darme a mí. Las reglas de juego son
muy claras. Yo le pido al Estado que use el monopolio de la fuerza para
quitarle su riqueza o su ingreso a otro sector, me lo de a mí en nombre
de la justicia social y mediante una ley del Congreso para darle un
aspecto legal al robo. El sector perjudicado reacciona y entonces el
estado utiliza el monopolio de la fuerza para quitarle a un tercer
sector y transferirle el producto del robo legalizado al sector
perjudicado que me transfiere a mí. Y luego el tercer sector protesta,
con lo cual el estado lo "conforma" con alguna ley social que le quita a
un cuarto sector su ingreso para dárselo al tercero.
En definitiva, es una lucha de todos
contra todos. El conflicto social es permanente y ahí se produce la
grieta social o el enfrentamiento social. Con este esquema económico,
que los argentinos venimos aplicando desde hace décadas, siempre hay
enfrentamientos, recelos, conflictividad en la sociedad. Unos ganan y
otros pierden y, dependiendo del momento y las circunstancias, en
determinados momentos a algunos les toca perder más que a otros.
El desafío del PRO no es terminar con la
brecha dejada por el kirchnerismo, sino con la brecha que genera este
sistema económico que conduce al conflicto social permanente y al
enfrentamiento de la sociedad. Es el sistema económico populista el que
produce la brecha.
Por eso hay que pasar de este sistema
populista, a la cooperación libre y voluntaria por la cual un sector
solo puede mejorar si produce algo que beneficia a otros sectores de la
sociedad. Mi mayor ingreso deja de depender de que el Estado le robe su
ingreso a otro y comienza a depender de mi capacidad para producir algo
que beneficia a los demás.
La brecha no la inventaron los k. Los k
ampliaron la brecha hasta llevarla a niveles insoportables. Pero la
brecha va a seguir existiendo mientras tengamos este sistema de robo
legalizado por el cual todos quieren usar al Estado para robarle a otros
sectores el fruto de su trabajo en nombre de la Justicia social y de
las políticas estatales solidarias.
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