miércoles, 25 de mayo de 2016

Rothbard, sobre Weld

 
William Weld, exgobernador de Massachusetts, ha anunciado recientemente su intención de presentarse como vicepresidente en el ticket del Partido Libertario, junto a Gary Johnson. Weld ha estado desde la década de 1990 muy a favor del Instituto Cato, pero Murray Rothbard lo veía con desdén. Se refería a menudo a Weld en las páginas del Rothbard Rockwell Report y sus comentarios tenían un destino constante. Para Rothbard, Weld ejemplificaba una tendencia perturbadora entre libertarios profesos.



Para Rothbard lo que se trataba era fundamental. Los individuos tienen derechos, no los grupos. Escribiendo en noviembre de 1994, deploraba “una infección de las opiniones de los libertarios [del movimiento] por su muy asentado igualitarismo. Rascad un  igualitario e inevitablemente encontraréis un estatista. Cómo puede el floreciente y omnipresente igualitarismo de los libertarios cuadrar con su supuesta creencia en el individualismo (…) La resolución de este problema es muy similar a otras versiones más comunes de la corrección política. (…) los libertarios [del movimiento] están firmemente comprometidos con la idea de que, aunque puede que cada individuo no sea ‘igual’ a los demás, todo grupo, contingente étnico, raza, género o, en algún caso, especie concebible son en realidad y deben ser hechos ‘iguales’, que todos tienen ‘derechos’ que no deben estar sujetos a limitación por ninguna forma de ‘discriminación’. Y así, yendo en contra de su anterior supuesta devoción por los derechos absolutos de propiedad privada, el movimiento libertario ha adoptado casi todos los ‘derechos’ falsos e izquierdistas que se han ido creando en décadas recientes”.
Fue desde esta perspectiva por lo que encontraba insatisfactorio a Weld. Weld favorecía las leyes antidiscriminación, pero ¿qué tenía eso de libertario? Además, dejando aparte este asunto, ¿en qué sentido podría este “consentido de la izquierda republicana”, como llamaba Rothbard a Weld en 1993, ser considerado un libertario? En el mes siguiente, Rothbard alabó a los “heroicos padres de Queens, en Nueva York, que batallaron con éxito en contra del intento del ingeniero social izquierdista, el canciller Joseph Fernandez, de hacer tragar a los niños de las escuelas públicas programas multiculturales y pro-gays, una batalla que consiguió expulsar a Fernandez, para horror del New York Times. William Weld, por supuesto, se opuso a ese apoyo de los padres.
Aunque Weld apoyara el multiculturalismo, ¿se podría argumentar que al menos deseaba recortar el tamaño del gobierno y era libertario ene se sentido? Rothbard no lo pensaba. “Bill Weld tuvo primero nuestra atención favorable cuando, después de derrotar al neocón John Silber para gobernador de Massachusetts en 1990, recortó realmente el presupuesto estatal, de un total aproximado de 15.000 millones de dólares, en 1.600 millones. Estaba entonces enfrentándose a la un déficit estatal heredado de [Michael] Dukakis de más de 60 millones de dólares. Pero pronto otros aspectos de Weld pasaron al frente, contradiciendo estas inclinaciones libertarias: su completo intervencionismo exterior, proclamando que nunca traería un solo soldado del extranjero; su ecologismo radical y su firme apoyo a los privilegios gays. Pero aunque ‘socialmente tolerante’, en jerga libertaria de izquierda, al menos parecía honradamente ‘fiscalmente conservador’. Ya no. Al irse convirtiendo progresivamente en el consentido de la izquierda republicana, los izquierdismo fiscal ha salido también ahora del armario. El nuevo presupuesto propuesto para el año que viene tiene un desmesurado aumento en 900 millones de dólares sobre el actual año fiscal, llevando el total a 15.200 millones de dólares. La propuesta de gran presupuesto de gasto de Weld incluye un aumento de 9 millones de dólares en ecologismo (llevando el total hasta los 149 millones de dólares) y nada menos que un aumento de 175 millones de dólares en ‘servicios humanos’, incluyendo atención diaria, financiación para el SIDA y Medicare (…) No está mal para Bill Weld y el supuesto ‘libertarismo’ que está tratando de impulsar sobre Jack Kemp”.
Rothbard reiteraba en diciembre de 1993 su crítica al giro erróneo adoptado por el libertarismo “oficial”. El error en cuestión llevaba a apoyar a Weld. “como los libertarismo son individualistas que creen que cada individuo es una persona de diferentes méritos que debería llegar tan lejos como sus méritos puedan llevarle, se supone que los libertarios no son igualitarios y de hecho ninguno de los maestros libertarios, incluyendo a Ayn Rand, que fue la gurú de la mayoría de los libertarios actuales, fueron en modo alguno igualitarios. Y aun así, ahí está: el igualitarismo se ha convertido en la fuerza motriz no mencionada pero muy real del actual movimiento oficial. Una vez el igualitarismo de grupo se convierte en norma, otros grupos distintos de los negros clamarán por los privilegios del ‘estatus de víctima’. Es verdad que presionar para conseguir el privilegio de víctima es ahora la característica principal de la política estadounidense. Los libertarios oficiales hasta ahora no han mostrado una enorme afinidad por los ‘derechos’ de latinos o discapacitados, pero son muye entusiastas con los ‘derechos’ de las mujeres y el feminismo en general. Y en particular los libertarios han mostrado un gran fervor por los ‘derechos’ gays y destacado los males de la ‘discriminación’ contra los gays. Los libertarios están tan fervientemente dedicados a los derechos gays que la palabra ‘libertario’ en las prensa pública se ha convertir hoy en casi una palabra código para defensor de los derechos gays. Solo su programa pro-gay explica la pasión de los libertarios republicanos por el gobernador Weld, de Massachusetts, a quien califican, en el lema actual, como ‘fiscalmente conservador pero socialmente tolerante’. (El ‘fiscalmente conservador’ se refiere a un único recorte presupuestario seguido la vez posterior, por una aumento presupuestario en compensación). ‘Socialmente tolerante’ en la atmósfera actual, significa una devoción por todo el programa cultural de izquierdas, desde los derechos gays a la propagando multicultural obligatoria y la condonización de las escuelas públicas”.
En un discurso realizado en el John Randolph Club en octubre de 1994, solo unos pocos meses antes de su muerte, Rothbard resumía su opinión sobre Weld, a quien de nuevo denunciaba como igualitario. “El ‘libertarismo’ de Weld en su opinión y al desus admiradores libertarios de izquierdas, consiste casi completamente en apasionada devoción por los ‘derechos gays’ (…) Para redondear el retrato, debería mencionar que Weld es también un fanático seguidor del ecologismo y su despótico ataque a los niveles de vida de la raza humana”.
No creo exagerar si sugiero que, si Murray Rothbard estuviera hoy vivo, no estaría en el rincón del gobernador Weld.

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