Edgar Vargas
Muchos economistas pertenecientes a las escuelas de John Maynard Keynes y Milton Friedman niegan frente a la opinión pública su vinculación con políticas económicas marxistas, pero basta con revisar un aspecto común y esencial de sus teorías: la defensa de la banca central.
Si bien la banca central es una institución de origen mercantilista, Karl Marx se vale de ella teóricamente para desarrollar su proyecto comunista, en su obra de coautoría con Friedrich Engels El Manifiesto Comunista, esboza una serie de lineamientos o estrategias políticas para llevar a cabo la dictadura del proletariado.
Marx propuso el uso de cualquier medio para luchar contra la ‘‘clase burguesa’’ y en consecuencia justificaba la violencia del Estado, a través de la conquista del mismo por la ‘‘clase proletaria’’ y posterior ejecución de una serie de políticas consistente en la aplicación de impuestos a la renta progresivos, expropiación del sistema educativo, elaboración de leyes de confiscación de bienes y la consolidación de la banca central.
Todo lo explicado se desarrolla en el texto del Manifiesto Comunista, acápite Proletarios y Comunistas, que pueden verificar aquí, del cual colocaré un extracto:
‘‘Ya dejamos dicho que el primer paso de la revolución obrera será la exaltación del proletariado al Poder, la conquista de la democracia.
El proletariado se valdrá del Poder para ir despojando paulatinamente a la burguesía de todo el capital, de todos los instrumentos de la producción, centralizándolos en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase gobernante, y procurando fomentar por todos los medios y con la mayor rapidez posible las energías productivas.
Claro está que, al principio, esto sólo podrá llevarse a cabo mediante una acción despótica sobre la propiedad y el régimen burgués de producción, por medio de medidas que, aunque de momento parezcan económicamente insuficientes e insostenibles, en el transcurso del movimiento serán un gran resorte propulsor y de las que no puede prescindiese como medio para transformar todo el régimen de producción vigente.
Estas medidas no podrán ser las mismas, naturalmente, en todos los países. Para los más progresivos mencionaremos unas cuantas, susceptibles, sin duda, de ser aplicadas con carácter más o menos general, según los casos’’.
Marx y Engels seguidamente desarrollan los lineamientos políticos de la dictadura del proletariado, muy interesantes para el conocimiento de todos, de los cuales se pueden elaborar futuros artículos, pero haré énfasis en el punto que nos concierne de la banca central:
‘‘5.a Centralización del crédito en el Estado por medio de un Banco nacional con capital del Estado y régimen de monopolio’’.
Conociendo todo esto, llegamos a una conclusión ineludible: todos aquellos sistemas de planificación centralizada de la economía, emisión y circulación forzosa del crédito o de dinero fiduciario, que manipulan políticamente las tasas de interés y que operan en nuestros países, son esencialmente lo que Marx tenía en mente hace 167 años; la FED, BCE, Gosbank (de la extinta URSS) y en general todos los bancos centrales del mundo, responden a un instrumento fundamental de opresión marxista contra el libre mercado.
Es necesario que nosotros los libertarios pongamos en conocimiento a los Keynesianos y partidarios de la Escuela de Chicago sobre éste aspecto de sus políticas económicas, con el fin de que sepan para quien están trabajando realmente y para que no se enojen cuando les llamemos socialistas.
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