lunes, 30 de mayo de 2016

Sanders empuja hacia la extrema izquierda al Partido Demócrata

Bernie Sanders expresó que su objetivo es "transformar el Partido Demócrata", pareciera ser que busca darle una vuelta hacia la extrema izquierda

Bernie Sanders
Sanders quien ha sido un activista de izquierda toda su vida, sabe que no es fácil crear en los Estados Unidos un partido socialista desde la raíz. (Flickr)
EnglishNo caben dudas de que Bernie Sanders ha sido la sensación de los socialdemócratas en los Estados Unidos y Puerto Rico.
A un poco más de dos semanas para las primarias presidenciales demócratas en el territorio de Puerto Rico y en el estado de California, donde hay 60 y 475 delegados respectivamente en juego, Sanders no sólo demostró que para la izquierda de Puerto Rico no es el colonialismo su mayor enemigo, sino el capitalismo y el libre mercado, al agrupar en un auditorio a facciones que por décadas han marchado contra el colonialismo y el imperialismo; sino que ahora que sabe que tiene la nominación perdida y que solo es cuestión de tiempo para que los “súperdelegados”del partido coronen a Hillary Clinton como su principal líder de cara a las elecciones presidenciales de noviembre, Sanders hace públicas sus verdaderas intenciones, que son la de inclinar el partido hacia una izquierda aun más radical de cara al futuro.



Sanders, quien ha sido un activista de izquierda toda su vida, sabe que no es fácil crear en los Estados Unidos un partido socialista desde la raíz, y mucho menos usar la palabra socialista en el nombre de cualquier movimiento, por lo que se ve obligado a transformar un aparato ya formado, ya hecho y establecido desde adentro.
Es parecido a lo que el excongresista Ron Paul intentó hacer en el Partido Republicano con el movimiento libertario; pero este no pudo avanzar gracias tanto a las trampas del establishment del partido(recordemos aquella misteriosa primaria republicana de New Hampshire en el 2008), como a la masiva propaganda que tuvo en contra en los principales medios de comunicación, como CNN en las campañas de 2008 y 2012 en las que participó.
A Sanders, por el contrario se le ha hecho más sencillo, debido a que el mensaje que él promueve es un mensaje que apela a la pasión y no a la lógica, a diferencia del mensaje de Ron Paul. Incluso se puede ver en YouTube un video de 2002, cuando Bernie era miembro de la Cámara de Representantes y no del Senado, donde el Comité de Servicios Financieros de la cámara baja interrogaba al entonces jefe de la Reserva Federal (Fed) Alan Greenspan sobre política monetaria y se puede ver a un congresista Bernie Sanders, pasional y carente de lógica, cuestionando a Greenspan y las políticas de la Fed sin utilizar ningún dato estadístico, simplemente dirigiendo su discurso al tradicional discurso de “ricos vs, pobres”.
Mientras, por otro lado, cuando le toca el turno al congresista Ron Paul, se puede ve a un miembro del Congreso que fiscaliza y cuestiona al jefe del banco central más poderoso del mundo con hechos, datos, conocimiento en economía y lo más importante pausado, con calma y educación mientras que en Sanders se podia apreciar la típica arrogancia del socialista, subiendo el tono de voz y peleando, como se puede ver en un sin número de “analistas” en Puerto Rico que creen que subiendo el tono de voz e insultando demuestran que tienen razón y están en lo correcto cuando es todo lo contrario.
Sanders está lanzando los últimos cartuchos que le quedan ya que si pierde la primaria en California ya sabe que no tiene nada más que buscar; y como sabe que su derrota en ese estado es una posibilidad grande, ahora ha dirigido su discurso hacia el futuro luego de las elecciones presidenciales.
Sanders pidió que el partido cambie y se aleje de lo que él llama el status quo. Sanders dijo que su objetivo es “transformar el Partido Demócrata. Que sea un partido de bases, en el que la energía la ponen las familias trabajadoras, los sindicalistas, los defensores del medio ambiente, la gente que quiere cambios políticos, sociales, económicos y ambientales reales”.
Este llamado de Sanders es simplemente un llamado a los norteamericanos que comulgan con los ideales socialistas de extrema izquierda para que entren al Partido Demócrata y lo radicalicen desde adentro y no necesariamente de manera pasiva y ordenada, como podemos imaginar.

Sobre la democracia

También tenemos que ver las palabras de Sanders en ese mismo discurso, donde dijo que “la democracia no es siempre agradable, tranquila y amable”. Cuando le preguntaron si la convención demócrata que se celebrará a finales del mes de julio iba a ser una conflictiva, respondió “¿y qué si lo es?”. “La democracia en sí es algo agitado. Todos los días de mi vida son agitados. Pero si quieren que todo sea calmado y ordenado y que se permita que todo proceda sin un debate vigoroso, eso no es democracia”.
Viendo esas palabras, podemos deducir que para Sanders el socialismo es una idea que debe ser impuesta a la fuerza y que no debe estar sujeta al análisis educado y calmado de una sociedad educada y pasiva.
Sanders prácticamente está pidiendo que sus seguidores tomen el partido a la fuerza si quieren tener oportunidad de adelantar su agenda izquierdista.
Para Sanders la democracia debe ser una donde los grupos con distintas ideas y manera de gobernar se enfrenten en un ambiente conflictivo, nada pacífico y ordenado, típico del líder socialista como ha ocurrido en todos los países del mundo donde el socialismo ha llegado al poder.
Tal vez para Sanders la razón por la que Salvador Allende fue derrocado en un golpe militar fue porque no se impuso a la fuerza como lo hizo Fidel en Cuba, Mao en China y Lenin en Rusia; y no porque las políticas de Allende hayan creado una desestabilización económica y social en el país la cual los militares creyeron que derrocando al gobierno iban a acabar (grave error ya que los golpes solo convierte en mártires a los cobardes como en el caso de Allende).
Tal vez por eso es que Sanders en 1985 defendía con fuerza el regimen de Fidel Castro pero nunca a Allende, el mártir de los socialistas de América Latina.
Pero nada de eso me sorprende viniendo de un hombre cuyo primer empleo a tiempo completo lo obtuvo a los 40 años de edad cuando se convirtió en alcalde de Burlington, Vermont y que cuando se casó por segunda vez en 1988 decidió pasar su luna de miel en una declinante y decadente Unión Soviética, el entonces lugar perfecto para los admiradores del comunismo.
Solo el tiempo dirá si los estadounidenses cometerán el mismo error de los países que han sufrido el embate del socialismo luego de tantas décadas de crecimiento y prosperidad económica.

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