jueves, 12 de mayo de 2016

El gobierno *es* el problema

 
Diez minutos después de ser elegido presidente, Ronald Reagan declaró: “El gobierno no es la solución a nuestro problema, el gobierno *es* el problema”.
Rechazando de esa forma retórica la premisa básica de la Gran Sociedad y el New Deal americano, inmediatamente puso manos a la obra, atacando sus raíces con una radical reducción de impuestos, una desregulación masiva, un enfrentamiento frontal contra el sindicalismo (arrollando a los controladores aéreos por hacer una huelga ilegal) y tratando de contener el crecimiento del gobierno (lo cual consiguió sólo en parte).
Como es de esperar, mucho se ha escrito y se escribirá sobre estas elecciones presidenciales en USA. En uno de esos escritos, Charles Krauthammer argumenta que Obama está tratando de continuar revirtiendo el consenso conservador iniciado por Ronald Reagan.


“El Gobierno crece en tamaño y en poder mientras el individuo queda cada vez más reducido a la dependencia, llegando al punto crítico en que la dependencia se convierte en la nueva norma, como pasa en Europa, donde incluso el más mínimo repliegue del estado del subsidio lleva a la desesperación y, para los más agresivos, a manifestaciones y huelgas.
“Un segundo término de Obama significará la aceleración hacia una democracia social estilo europeo, en parte por legislación y en parte por decreto ejecutivo. El experimento americano – el modelo de régimen democrático más individualista, enérgico, innovador y de asumir riesgos – seguirá retrocediendo, cediéndole terreno a una vida totalmente supervisada en un estado intervencionista.
“Si Obama pierde, sin embargo, su presidencia se convertirá en un paréntesis histórico, un interludio temporal de exagerado hiper-liberalismo, rechazado por un país de centro-derecha que es en un 80% no-liberal.
“Si consiguiesen reunir la habilidad y la destreza necesarias, Mitt Romney y Paul Ryan podrían guiar al país para restaurar un gobierno más austero y modesto, con subsidios más limitados y un código tributario más equitativo y eficiente. Estos logros por sí solos marcarían una nueva trayectoria: un retorno a lo que Reagan inició hace tres décadas.
“Cada cuatro años nos dicen que la próxima elección es la más importante de nuestras vidas. Esta vez puede que sea verdad. Lo que está en juego es la relación entre el ciudadano y el estado, la naturaleza misma del contrato social en los Estados Unidos”.
El problema básico en el mundo hoy, como señaló Ayn Rand, es elegir entre dos principios: Individualismo y Colectivismo, principios que constituyen las raíces de dos sistemas sociales opuestos. El hecho de que esta cuestión se esté empezando a plantear a nivel político – de que las ideas de Ayn Rand, aunque no sean en su forma esencial, estén siendo consideradas a nivel de candidatos a la presidencia en USA – ya es un enorme paso adelante para resolver el problema.
Las elecciones en USA son supuestamente un referéndum sobre el cambio de equilibrio político a largo plazo entre el individualismo y “la comunidad” (ni siquiera osan llamar al colectivismo por su nombre). Pero de hecho son simplemente una elección sobre la velocidad a la que nos dirigimos hacia el colectivismo: Obama lo hará a pasos agigantados, mientras que un triunfo de Romney nos dará un corto margen de tiempo para intentar evitar el desastre.

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