domingo, 8 de mayo de 2016

Cómo morirá el Estado, Jeffrey Tucker

Artículo de Jeffrey Tucker

Google compró YouTube en 2006, cuando la histeria por la infracción de derechos de autor se encontraba en su apogeo. Los nuevos propietarios de YouTube inmediatamente se ocuparon en tratar de crear una plataforma consistente con las normas legales para evitar pérdidas de miles de millones de dólares en procesos legales pendientes. Los usuarios de YouTube estaban subiendo una gran cantidad de material protegido por derechos de autor, y Google podría ser judicialmente responsable por ello.



Durante los tres años siguientes, las retiradas de material publicado ocurrían frecuentemente. A los usuarios se les eliminaba el material que habían subido. A las películas caseras que utilizaban música de fondo con derechos de autor se les quitó el sonido. Los vídeo homenajes a artistas populares con sus canciones desaparecieron. Incluso los videos que mostraban gente bailando en sus coches mientras escuchaban música fueron retirados.
Eso no fue divertido para nadie. A los artistas no les gustaba estas medidas. Ellos son los más beneficiados cuando alguien hace un video en su honor, ya que se ponen contentos (y halagados) al ver que su música se está emitiendo. Los propietarios de los derechos de autor tampoco han ganado nada mediante esta censura. No obtuvieron ningún ingreso en la eliminación de estos materiales.
A Google no le gustaba nada el tener que hacer esto a causa de todos los gastos que tuvo que incurrir en crear programas que continuamente controlasen la web. Era también molesto cuando estos programas detectaban un video casero de una fiesta infantil porque los niños estaban cantando “Feliz Cumpleaños”. Para los consumidores y usuarios, que les eliminen su vídeo es un insulto imperdonable.
Es decir, nadie realmente se beneficiaba de este sistema. Y la situación se estaba volviendo cada vez más difícil de controlar, ya que las subidas de vídeos crecieron de manera exponencial (48 horas de videos nuevos aparecen cada minuto). Pero aún así la censura persistió. La presunción de que la música con derechos de autor no podía ser publicada en YouTube estaba enraizada en el sistema.
A nadie realmente le gustaba la forma en que el sistema funcionaba. Pero era difícil imaginar otra manera. Después de todo, ése era el sistema que la ley había construido. Y, ciertamente, la ley debe prevalecer sin importar cuán absurdo es el resultado. Era como la escena de Las brujas de Salem de Arthur Miller: nadie en Salem creía realmente en la práctica de matar a las brujas, pero la gente continuaba la carnicería porque así era como funcionaba el sistema.
Era evidente que la ley había creado una situación insostenible. La ley creó un sistema demasiado costoso para todos. No podía seguir así. ¿Pero qué es lo que lo cambió? ¿Y cómo? Fue justamente allí cuando las fuerzas de la economía de mercado llegaron al rescate.
Google creó un nuevo sistema que muestra publicidad en la parte inferior de cada vídeo. Y también permite la colocación de anuncios publicitarios antes del comienzo de los videos. Muchos de estos anuncios son increíblemente interesantes, digamos de paso, y nada molestos para los usuarios, aunque lo podrían ser -por eso existe la opción de omitir el anuncio después de 5 segundos. (Toda la institución entera de la publicidad en YouTube merece un artículo aparte).
Además, Google hizo un acuerdo entre los usuarios de YouTube y los propietarios de los derechos de autor. Si un video en particular infringiese derechos de autor, el propietario de estos derechos sería notificado y tendría dos opciones: pedir la retirada del vídeo o permitir que aparezca un anuncio en el video, lo que garantizaría ingresos. Prácticamente todos optaron por la solución comercial, y simplemente porque es más ventajosa para el propietario el hacer dinero que perseguir al creador del video mediante el sistema judicial.
Los propietarios de los derechos de autor aprendieron en el proceso algo que ya era obvio para muchos de nosotros durante mucho tiempo, pero que, por razones extrañas, aún no había sido entendido por los fiscales de la ley. Aprendieron que, lo que parece ser una violación de la ley y de los derechos de propiedad intelectual, puede ser modificado y transformado en una forma pacífica y mutuamente beneficiosa de publicidad. El mayor enemigo de cualquier empresa de negocios es la oscuridad; y su mejor aliado es la gente atenta que puede llegar a convertirse en clientes.
Hoy en día, YouTube alberga una gran cantidad de material que hace dos años estaba considerado como pirata e ilegal. Todo está allí, atendiendo las demandas de millones de usuarios que no pagan ni un céntimo para usar este servicio. YouTube está haciendo lo que Napster hizo en el año 2000, antes de ser destruido por el gobierno. La diferencia es que el acceso libre es financiado a través de formas pacíficas de publicidad. Aquello que ley estatal había convertido en una guerra de todos contra todos, el mercado lo convirtió en un sistema de paz y abundancia para todos.
Esta es una solución absolutamente brillante, además de ser un fantástico ejemplo de cómo el mercado es capaz de proporcionar soluciones pacíficas a los problemas que, de otro modo, el Estado haría frente con coacción y brutalidad. La solución de mercado de este caso fue del tipo “Breaking Bad” [1], en el sentido de que se trataba de un rechazo explícito de todo lo que el Estado estaba tratando de imponer. Y como los costos impuestos por el agresivo enfoque estatal estaban creciendo enormemente, el mercado encontró otra salida. La guerra resulta cara.
La prosperidad requiere paz. El Estado quería guerra, pero el mercado dijo ‘no’. Por supuesto que sería muchísimo mejor si las regulaciones y protecciones para los monopolios de propiedad intelectual fuesen derogados y el propio mercado se encargaría de la creación de modelos de negocio para la distribución en un ambiente libre de intervenciones. Pero, en vez de esperar cambios en la ley, el sector privado encontró una manera de burlar la ley.
Y esta solución está cambiando por completo la forma en que se distribuye la música. Cuando el cantante/rapero surcoreano PSY apareció con su canción “Gangnam Style”, en julio de este año, su video se convirtió en una forma viral más allá de las expectativas de cualquier ser humano. Él tiene el récord de ser el primer video de YouTube en obtener mil millones de visitas, y todo ello en un período muy corto de tiempo.
PSY (Park Jae-Sang) es un artista que permanecía en el anonimato hacía una década. Él conocía el valor de la exposición. Cuando su música comenzó a ser pirateada, cuando restaurantes con el nombre de Gangnam Style comenzaron a surgir, cuando camisetas y productos con su marca empezaron a aparecer por todas partes, él vehemente se negó a cumplir su propiedad intelectual. Él se dio cuenta muy sabiamente de que cualquier tipo de producto que compartiese su imagen podría ser positivo para él. Y, como era de esperar, se estima que  facturará más de 8,1 millones de dólares sólo este año con las descargas de su música en iTunes, por las entradas de sus conciertos y con publicidad. Gracias a su negativa a participar en el sistema estatal de protección al monopolio intelectual, se convirtió en uno de los músicos más famosos del mundo, y pronto será uno de los más ricos también.
Merece la pena detenerse a reflexionar un poco sobre las lecciones de este ejemplo. En nuestra época, el aparato de la regulación estatal -no sólo para la propiedad intelectual, sino también, y sobre todo, en todas las áreas de la economía- han creado una situación intolerable e insostenible para todos los ciudadanos. Incluso aquellos que pensaban que podrían beneficiarse de las regulaciones proteccionistas no están cosechando las promesas -por lo menos en la medida que imaginaron. Esto es así porque el curso de la historia no puede ser detenido ni siquiera por los intentos más feroces y violentos de coacción estatal. El mercado siempre va a prevalecer -que es sólo otra manera de decir que la acción humana prevalecerá sobre la maquinaria coercitiva del Estado- en el largo plazo.
Estamos siendo testigos de esto en todos los ámbitos de la vida. Las leyes estatales contra las drogas se encuentran bajo una fuerte presión de la gente enfadada con las terribles olas de encarcelamiento a causa de acciones que la mayoría de la gente no piensa que son delitos graves (como fumar marihuana). La educación pública, por más poderosos que sean los sindicatos de sus funcionarios, está desacreditada, y su decadencia está llevando a los padres a optar por la educación en casa (homeschooling), la educación a través de Internet o mediante diferentes alternativas creativas que ofrece el mercado (como la Khan Academy). En pocos años, la educación pública -y su adoctrinamiento marxista- dejará de tener cualquier importancia.
Incluso el sector bancario, hasta ahora intocable y poderoso, está pasando por turbulencias, a pesar de todos los intentos de los Bancos Centrales y gobiernos de monopolizar el sistema. La nueva moneda Bitcoin está creciendo y prosperando, a pesar de todos los intentos de decir que el acuerdo es una farsa y un fraude. Los nuevos sistemas de pago están apareciendo diariamente en forma de Tarjetas Regalo [también llamados Gift Card, que es una tarjeta de prepago que tiene por objeto ser utilizado como regalo para las personas que no saben qué regalo específico dar] y las tarjetas que pueden ser inmediatamente cambiadas por dinero. Las aplicaciones digitales están permitiendo nuevas formas de préstamos que eluden por completo el sistema oficialmente aprobado por el Estado.
Chicos, si queréis entender cómo el Estado va a colapsar en el futuro, es en esa dirección que tenéis que mirar. El colapso del Estado no va a ocurrir a través de la política. No se producirá a través de las reformas aplicadas desde arriba hacia abajo. Ocurriá, más bien, a través del sistema empresarial de ensayo y error, ya que el mercado no va a ser inerte. Teniendo que lidiar con los terribles costos impuestos por el sistema anacrónico estatal, el mercado continuará y sorprendentemente encontrará formas creativas de burlar el aparato coercitivo, inventando efizcamente nuevos espacios de libertad que permitirán que el progreso ocurra.
Cualquier acto de espíritu emprendedor es, por definición, revolucionario. Hay un espíritu anarquista en sus raíces. Un acto emprendedor es un ataque a la base del statu quo. Emprender significa estar insatisfecho con la situación actual. Emprender significa imaginar algo nuevo y mejor. Emprender es un acto que produce cambios graduales, inesperados y no consentidos, ya que añade una nueva dimensión a la experiencia de cómo nos vemos, cómo nos entendemos y cómo nos relacionamos con los demás.
Sin espíritu emprendedor, la historia no registraría ningún momento de progreso, nuestra comprensión de cómo es única y especial nuestra época en este mundo sería siempre difícil de alcanzar, y la sociedad en su conjunto se contraería hasta que finalmente moriríamos. Con el espíritu emprendedor, cualquier intento de controlar y paralizar el mundo usando la fuerza siempre fracasa en el largo plazo.
La historia nos ha enseñado que aquellos que se atreven a tratar de bloquear el progreso humano siempre terminan siendo apartados. Sí, habrá mucha fricción y varios poderosos serán víctimas mientras tratamos de movernos del atraso al progreso. Pero vamos a llegar allí, mediante un acto de desobediencia creativa cada vez.

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